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> San Lucas > La pesca milagrosa (42:5:1 - 42:5:11)
Aconteció que, mientras las multitudes se agolpaban sobre
él y escuchaban la palabra de Dios, Jesús estaba de pie junto al lago de Genesaret, y vio dos barcas
que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes.
Al entrar él en una de las barcas, la cual pertenecía a
Simón, pidió a éste que la apartase de tierra un poco. Luego se sentó y enseñaba a las multitudes
desde la barca.
Cuando acabó de hablarles, dijo a Simón: —Boga mar adentro, y echad
vuestras redes para pescar.
Simón le respondió y dijo: —Maestro, toda la noche hemos trabajado duro y no hemos
pescado nada. Pero por tu palabra echaré la red.
Cuando lo hicieron, atraparon
una gran cantidad de peces, y sus redes se rompían.
Hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra
barca, para que viniesen a ayudarles. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas, de manera que se
hundían.
Y Simón Pedro, al verlo, cayó de rodillas ante Jesús
exclamando: —¡Apártate de
mí, Señor, porque soy hombre pecador!
Por la pesca que habían logrado, el temor se apoderó de
Pedro y de todos los que estaban con él, y de igual manera de Jacobo y Juan,
hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: —No temas; de aquí en adelante estarás pescando hombres.
Después de sacar las barcas a tierra, lo dejaron todo y
le siguieron.
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