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EL ROBO MAS GRANDE DE LA HISTORIA

El asalto al Banco de la República, también conocido como "El robo del siglo en Colombia",1 fue un robo perpetrado del 16 al 17 de octubre de 1994 contra la sede del Banco de la República, ubicada en la carrera 9ª No. 16-13 de la ciudad de Valledupar y en el que los asaltantes se llevaron la suma de $24 072 millones de pesos (US$33 millones de dólares en 1994 / US$53,534,465 en 2016).2 3 4
El robo al banco de la república en Valledupar significó el monto más alto que se haya robado en un asalto en la historia de Colombia por encima del robo del 11 de agosto de 1973 en Cartagena de Indias por $41 millones de pesos, el asalto del 25 de abril de 1977 en la ciudad de Pasto por $82 millones de pesos y el robo en Bogotá el 5 de noviembre de 1991 por $30 mil millones de pesos.5

Tras el robo, el Banco de la República identificó los billetes robados por su serial y denominación, los cuales no habían entrado a circular al público previo al robo, por lo que perdieron inmediatamente su valor.

El banco publicó una lista de los rangos de series de los billetes robados y pasaron a ser jocosamente llamados 'los billetes vallenatos

Preparativos
El asalto comenzó el 15 de octubre de 1994, a las 6:00 A.M, durante el incio de un fin de semana con puente festivo. Los asaltantes llegaron en un camión Dodge 600, color rojo, carrocería de madera y con carpa que estacionaron a las afueras del banco, localizado en la esquina de la Calle 16 y la Carrera 9. Los asaltantes llevaban la excusa de que tenían que reparar los aires acondicionados del edificio bancario. Varios hombres penetraron el banco. Una hora después, los asaltantes abrieron la puerta del garaje y metieron el camión al edificio. Suárez Rincón y Bonilla Esquivel, se instalaron en dos alojaron en las habitaciones 202 y 306 del Hotel Sicarare, que tenía vista hacia el banco, directamente al otro lado de la Carrera 9, desde donde coordinaban la operación de asalto usando radios.

Poco antes de las 6:15 A.M. el camión se apagó antes de entrar al edificio, quedando registrado el ingreso en los videos de seguridad. El grupo de asaltantes de 14 ladrones iban ocultos en la parte trasera del camión cubiertos por la carpa.

 El conductor del camión, que iba con una bata blanca con logotipos del banco, identificado como Luis Ernesto Vásquez Agudelo, pidió ayuda a varios transeúntes para que empujaran.

 El camión prendió y lo metieron al garaje del banco que es una rampa hacia el sótano.

Los tenientes Carrillo, Barrera y Varón vieron al camión ingresar al Banco y empezaron las rondas de vigilancia alrededor del banco.

La puerta del banco habría sido abierta por el vigilante Winston Tarifa, quien manejaba en el interior los sistemas de seguridad del banco y se comunicaba directamente con Bonilla Esquivel.

Dentro del banco se encontraban los otros vigilantes Vinael Ramírez, Pedro Arias y Mario de la Hoz, quienes fueron amenazados y amarrados por los asaltantes.
A los asaltantes les tomó cerca de una hora desactivar las alarmas e instalar los equipos de soldadura, que incluyeron "23 botellas de oxígeno (17 de 60 libras y 6 de 40), una botella de acetileno, más de 35 metros de cable trifásico, dos compresores de aire, un extractor de aire, un mazo, un par de guantes quirúrgicos, un barretón, destornilladores, pinzas, llaves de tubo, alicates y forros plásticos negros".

En medio del asalto, hubo una suspensión de energía eléctrica en la zona, lo que retrasó el asalto.

Los asaltantes decidieron usar los tanques de oxígeno y acetileno.

El retraso obligó a los asaltantes a permanecer dentro del edificio por 18 horas.

Con los equipos rompieron un tubo de un baño junto a la bóveda, conectaron una manguera para refrigerar mientras perforaban con soplete la puerta blindada, luego accedieron a la puerta auxiliar y luego penetraron la bóveda principal donde estaba el dinero; un total de $29 mil millones de pesos.

Finalmente, tras casi 21 horas, videos de seguridad lograron registrar a las 2:51 A.M. de la madrugada del 17 de octubre la salida de los asaltantes.

Los asaltantes lograron sustraer la millonaria suma de $24.720.000 millones de pesos del total de $29 mil millones de pesos que estaban en la bóveda, en denominaciones de $2.000, $5.000 y $10.000 pesos, que pesaba unas 3,8 toneladas y que cargaron en el camión y se llevaron del banco.

 $6 mil millones de pesos en billetes de baja denominación fueron abanadonados en el banco porque el camión iba repleto de dinero.

 Mientras tanto dentro del banco, en la sala de control de los circuitos cerrados de televisión (CCTV) y las alarmas de seguridad del banco, el guardia Winston Tarifa fue amarrado con falsos explosivos pegados a su cuerpo, unos "palos de escoba recubiertos con plastilina simulando que era dinamita" y esposado a la baranda de la escalera.

El Escape
Bonilla fue visto en la madrugada del lunes 17 de octubre saliendo del Hotel Sicarare.
Una vez fuera del banco, los asaltantes se dirigieron a la colchonería Colchoflex donde traspasaron el dinero a dos camiones para el transporte de cerveza.

 De los $24 mil millones de pesos, $4 mil millones se habrían perdido mientras eran transportados desde Valledupar a otras zonas del país, que repartieron entre mucha gente.

 El grupo de Elkin Susa salió con destino a una finca en Fundación, donde empacaron el dinero en cajas industriales de Marlboro, luego el dinero fue llevado a Ciénaga donde dejaron el camión cargado con dinero en un parqueadero.

"$18.560 [mil millones de pesos] correspondían a billetes sin emitir (no habían salido al público), 3.700 millones de pesos correspondían a billetes nuevos (series conocidas) y 1.812 millones correspondían a billetes que ya habían estado en circulación".

A las 2:00 P.M. del lunes festivo 17 de octubre, uno de los celadores que había sido amarrado y encerrado en el sótano, Pedro Arias, logró soltarse y salió del banco donde dio aviso a los policías que estaban afuera del banco.

El entonces gerente seccional del Banco de la República en Valledupar, Marco Emilio Zabala Jaimes, quien estaba incapacitado en su casa por culpa de una otitis, fue informado de lo ocurrido por el subgerente de la entidad bancaria, Héctor Fabio Grajales.

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