La
polilla de la cera es capaz de percibir sonidos agudos mucho mejor que
cualquier otro animal del mundo. Sin embargo, sus orejas tienen una
estructura muy simple y son tan pequeñas como la cabeza de un alfiler.
Piense en lo siguiente: Se ha estudiado el oído de la polilla de la cera durante
años. Hace poco, unos científicos de la Universidad de Strathclyde, en
Escocia, probaron la capacidad del sistema auditivo de la polilla con
diferentes frecuencias de sonido. Midieron las vibraciones de la membrana del tímpano y registraron la
actividad de los nervios auditivos. Los tímpanos vibraron con una
frecuencia de 300 kilohercios (kHz). Una diferencia muy grande con el oído del
murciélago, que detecta frecuencias de sonido de hasta 212 kHz, el de los
delfines, que alcanza un máximo de 160 kHz, y el de los humanos, que no pasa de
20 kHz.
Los
investigadores estudian cómo utilizar la extraordinaria capacidad auditiva de
la polilla de la cera para diseñar nuevas tecnologías. El
doctor James Windmill, de la Universidad de Strathclyde, explica que una de las
posibles aplicaciones sería “hacer
micrófonos mejores y más pequeños que se podrían utilizar en una gran variedad
de mecanismos, como teléfonos y aparatos para sordos”.
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