Habrá momentos en la vida en que tendrás que hacer
un viaje muy profundo dentro de ti mismo, un viaje donde mirarás con cariño tus
propias heridas. Nadie puede hacer ese viaje por ti, es algo que solo tú puedes y debes
hacer. Es un camino para enfrentar y soltar esos dolores, miedos, incertidumbres, desafíos
y secretos que has guardado, esas cosas que siempre están en el fondo de tu mente,
esperando el momento de sanar.
Este viaje no es fácil, pero si te permites ser
humilde, vas a pedirle al universo que se lleve tus penas, dolores y
sufrimientos, y que te regale
nuevos comienzos, que cierre
de una vez esos ciclos que ya necesitan terminar. Y en medio de todo
eso, te vas a sorprender. Te
vas a dar cuenta de que ya llegaste a donde debías llegar: a tu corazón.
Ahí, en ese lugar tan especial, es donde se encuentra la verdadera voluntad y el propósito para hacer
lo necesario para seguir adelante, eligiendo vivir siempre desde el amor y la conciencia.
Cuando te atreves a hacer este viaje, nuevos
caminos se abren ante ti. Ese ha sido tu propio viaje, uno que solo tú podías recorrer.
Así que, ¿por qué no te atreves a hacerlo? Bendice con amor lo que eres, lo que tienes y donde
estás. Porque es ahí, en tu propia piel, donde empieza todo.
Que tengas
un buen día, y recuerda: cada
día es una nueva oportunidad para florecer, para elegir el amor y la conciencia
en cada paso que das.
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