En la vida, muchas veces nos encontramos atrapados entre lo que dicta la conciencia y lo que
anhela el corazón. Esa dualidad es parte de la esencia humana. La conciencia nos habla con la voz de la
experiencia, de la razón, de las advertencias que intentan protegernos. Nos dice que seamos cautelosos, que no cometamos
imprudencias, que evitemos el sufrimiento. "Cuidado,
utiliza la razón", nos
recuerda. Pero el corazón, con su propio lenguaje, no conoce
esas limitaciones. Nos empuja hacia el amor, hacia
el deseo, hacia aquello que nos hace sentir vivos, aunque sea a costa del
riesgo.
Cuando
el corazón se aferra a un querer, como dice la canción, la conciencia parece no
tener la razón. Los consejos y las advertencias
se desvanecen porque el sentimiento es
más fuerte que cualquier lógica. En esos momentos, probar del fruto
del querer nos transforma. Ya
no somos los mismos, y lo que alguna vez nos resultó fácil de controlar, se convierte en una batalla interna
donde el amor pide alas y espacio para volar.
El desafío
surge cuando las dos fuerzas no se ponen de acuerdo. La conciencia grita que lo pienses dos veces, que
el pasado está lleno de errores que no debes repetir. Pero el corazón, lleno de optimismo y pasión, nos recuerda que no
podemos dejar pasar la oportunidad de amar, aunque implique caer de nuevo
en un abismo de besos, de
"te quiero" y deseos que nos envuelven.
La
vida no siempre permite querer con inteligencia, y esa es una de las mayores
verdades del amor. No
se trata solo de evitar el dolor o las decepciones, sino de vivir
plenamente lo que sentimos. Porque, aunque la
conciencia intente protegernos, el corazón nos recuerda que no podemos evitar
sentir, que el amor a veces nos vence
y nos impulsa a tomar riesgos, a darle "cielo y alas al amor"
incluso cuando todo parece difícil.
Así
es la naturaleza del amor: es irracional, impredecible, pero profundamente
humano.
LETRA DE LA CANCION CONCIENCIA
Ella tiene la magia de un instante de amor
Y su mirada un toque de misterio
Cuando ella llega siempre, suelo perder el control
No vuelvo a ser el mismo si la beso
La
conciencia me dice que no la debo querer
Y el corazón me grita que sí debo
La conciencia me frena cuando la voy a tener
Y el corazón me empuja hasta el infierno
Al abismo dulce y tierno de sus besos
Cuando
se aferra un querer al corazón
Y la conciencia no tiene la razón
No valen los consejos
Cuando se prueba del
fruto del querer
Cuando se aprende a sentir
más de una vez
No queda más remedio
Que darle cielo y alas al amor
Y hacer de lo difícil lo más bello
La conciencia
me dice que la debo olvidar
Y el corazón me grita que no puedo
La conciencia no sabe que no se puede hacer más
Cuando te vuelves preso de unos besos
De un te quiero, del deseo del corazón
Cuando se
aferra un querer al corazón
Y la conciencia no tiene la razón
No valen los consejos
Cuando se prueba del fruto del querer
Cuando se aprende a sentir más de una vez
No queda más remedio
Que darle cielo y alas al amor
Y hacer de lo difícil lo más bello
Que la quiera
y me entregue sin condición
(Pero me grita la conciencia) Que lo piense bien, que no cometa esa imprudencia
(Me dice el corazón) Olvidar es mejor la pasada experiencia
(Pero me grita la conciencia) Peligro, cuidado, utiliza
la razón
(Me dice el corazón) No pierdas por nada esta ocasión
(Pero me grita la conciencia) Equivocarte de nuevo no puede ser
coincidencia
Dale paso al
amor que está tocando tu puerta
(Pero me grita la
conciencia) Te va hacer llorar, te va hacer sufrir, traerá decepción
(Me dice el corazón) Ríndete, que el amor te venció
(Pero me grita la conciencia) Parece pero no es, eso pasa con frecuencia
Me dice el
corazón que debo quererla
(Pero me grita la conciencia) Que no es hora de querer,
no hace falta una desilusión
(Me dice el corazón) Que no se puede querer con inteligencia
(Pero me grita la conciencia) Que no se ponen de acuerdo la conciencia y la
razón
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