¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES VENTAJAS DE ENVEJECER?

 

En una sociedad que a menudo glorifica la juventud y la vitalidad, rara vez consideramos las riquezas que el envejecimiento aporta a nuestras vidas. Mientras el tiempo avanza, cada arruga y cada cana cuentan una historia, una narrativa rica en experiencias, aprendizajes y sabiduría acumulada. Es en esta etapa de la vida, donde las ventajas de envejecer se revelan como tesoros ocultos, dignos de ser apreciados y celebrados.
 
Una de las más notables ventajas radica en la perspectiva que el paso del tiempo brinda. Con los años, nuestra mirada se amplía, captando la complejidad y la belleza de la vida de una manera que la juventud a menudo no permite. Las prioridades cambian, las trivialidades se desvanecen y emergen valores más profundos. El envejecimiento nos otorga la capacidad de discernir lo esencial, de apreciar lo que realmente importa y de dejar de lado las preocupaciones superfluas.
 
La paciencia, otro tesoro adquirido con los años, se convierte en aliada. A medida que enfrentamos desafíos y obstáculos, aprendemos a navegar por las tormentas con calma y serenidad. La impaciencia cede espacio a la comprensión de que algunas cosas toman tiempo, y que el proceso es tan valioso como el resultado. En este viaje, el envejecimiento nos brinda la oportunidad de cultivar la paciencia como una virtud esencial.
 
La auto aceptación florece como una flor tardía pero exquisita. Con el tiempo, aprendemos a abrazar nuestras imperfecciones y a comprender que la auténtica belleza reside en la autenticidad. Dejamos de luchar contra el espejo y empezamos a admirar las líneas que cuentan nuestras historias, las huellas de nuestras experiencias impresas en cada gesto y expresión.
 
La conexión emocional se intensifica, creando lazos más profundos con amigos y seres queridos. El envejecimiento nos enseña a valorar las relaciones genuinas y a invertir tiempo en aquellos que realmente importan. Las amistades se convierten en un tesoro invaluable, y la compañía de aquellos que han compartido décadas de vida es una fuente de apoyo, risas y consuelo.
 
La creatividad también puede florecer en esta etapa de la vida. Liberados de algunas de las presiones y expectativas de la juventud, muchos descubren nuevas pasiones y talentos. El envejecimiento puede convertirse en una época de exploración artística, de aprendizaje continuo y de expresión libre.
 
En definitiva, las ventajas de envejecer son numerosas y significativas. Al mirar más allá de las apariencias y abrazar la plenitud de la experiencia humana, descubrimos que cada arruga es un mapa que narra nuestras historias, que cada cana es un recordatorio de que hemos vivido plenamente.
 
 
REFLEXION
   Nunca cambiaría a mis increíbles amigos, mi vida maravillosa, mi querida familia, por menos canas o por un vientre más plano.
   A medida que he madurado, me he vuelto más amable, y menos crítico conmigo mismo.
   Me he ido convirtiendo en mi propio amigo ...
   No tengo sentimiento de culpabilidad al comer unas galletas de más, o al hacer la cama cuando quiera, o comprando algo tonto que no necesito.
   Tengo derecho a ser desordenado o extravagante.
   He visto a varios amigos y seres queridos abandonar este mundo demasiado pronto, antes de que se dieran cuenta de la gran libertad que aporta la vejez.
   ¿Quién me reprocha, si me pongo a leer o a jugar con mi ordenador hasta las cuatro de la madrugada y dormir hasta el mediodía?
   ¿A quién le molestará que me quede en la cama o frente al televisor, todo el tiempo que quiera?
   Bailaré al son de aquellos éxitos maravillosos de los años 60, 70, 80 y 90, y si de paso me entran ganas de llorar por un amor perdido, pues lloro ...
   Cuando quiera, caminaré por la playa con esos pantalones cortos, demasiado ajustados para un cuerpo ya en declive, y me sumergiré en las olas con abandono, a pesar de las miradas de conmiseración de otros más jóvenes y dinámicos. Ellos también envejecerán.
   Sé que a veces tengo descuidos de memoria, pero creo que con respecto a algunas cosas de la vida lo mejor es olvidarse de ellas.
   Recuerdo las cosas importantes.
   Por supuesto, a lo largo de los años, mi corazón se ha partido o hecho añicos más de una vez.
   Sin embargo, los corazones partidos nos procuran fuerza, comprensión y compasión.
Un corazón que nunca ha sufrido es inmaculado y estéril, y nunca conocerá la alegría de ser imperfecto.
   Tengo la suerte de haber vivido lo suficiente como para tener gris lo que me queda de cabello y para conservar la risa juvenil grabada para siempre en los surcos profundos de mi cara.
   Muchos nunca se rieron, muchos, murieron antes de que les salieran canas.
   A medida que se envejece, es más fácil ser positivo e independiente. Importa menos lo que piensen los demás.
   Yo ya no me cuestiono.
Me he ganado el derecho a estar equivocado.
   Entonces, respondiendo a tu pregunta, o si no has preguntado, a tu extrañeza:
Me gusta ser viejo. Me gusta ser la persona en la que me he convertido.
   No viviré para siempre, eso lo sé, pero mientras esté aquí, no perderé el tiempo lamentando lo que pudo haber sido y no fue, y todavía menos preocupándome por lo que será, porque puede que ni lo vea.
   Y cuando tenga ganas, comeré postre en cada comida.
   ¿Lo captas?
   ¡Que nuestra amistad nunca se separe, porque reside en el corazón!
 
NOTA: Envejecer, lejos de ser una pérdida, es una ganancia, una acumulación de tesoros que iluminan nuestro camino hacia la sabiduría y la plenitud.