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40 Y FABULOSA: CÓMO EL AMOR PROPIO TRANSFORMA LA VIDA DE UNA MUJER.

 

LA MUJER EN EL AMOR DESPUÉS DE LOS 40

A medida que las mujeres alcanzan los 40 años, muchas toman la decisión de abandonar el sufrimiento, la mentira y la sumisión. Este momento de despertar, cuando una mujer dice desde el fondo de su corazón "Basta, hasta aquí he llegado", es poderoso y transformador. Ni mil ejércitos de ego ni todas las trampas de la ilusión pueden detenerla en la búsqueda de su propia verdad.

Este punto de inflexión abre las puertas de su propia alma y comienza un proceso de sanación. Este proceso, aunque desafiante, la devuelve poco a poco a sí misma y a su verdadera vida. La decisión de seguir este camino no es fácil, pero es esencial para su crecimiento y bienestar. Esta elección abre una línea directa con su naturaleza salvaje, donde comienza el verdadero milagro de la transformación.

La mente y el alma tienen sus propios ciclos y estaciones, recorriendo estados de actividad y de soledad, de búsqueda y encuentro, de descanso, de pertenencia e incluso de desaparición. Alrededor de los 40 años, muchas mujeres sienten una necesidad imperiosa de regresar a sí mismas. Este es el momento emocional en el que aprendemos a saludar a nuestros recuerdos, a bailar y a calmarnos con ellos.

Es el momento de amar el alma más allá de nuestras equivocaciones y lo terrenal. A partir de estas edades, amando a nuestros semejantes, descubrimos un corazón sereno con sangre ardiente, que nos ayuda a comprender qué clase de criaturas somos, con nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Porque todos tenemos ambas, y eso no es malo, sino todo lo contrario.

Madurar en el amor no es fácil, pero una vez logrado, nace un gran amor por una misma que se basa en la dignidad y el respeto. Estos valores, a partir de cierta edad y ciertas vivencias, articulan el resto de los cariños con los que nutrimos nuestro corazón. Una mujer madura va más allá en su capacidad de amar cuando comprende que la verdadera trascendencia del sentir ajeno se resume en cómo se contempla a sí misma y a sus cambios.

Con el tiempo, el mundo femenino irradia una pureza que se ve amenazada por una sociedad corrupta, haciendo que las mujeres busquen refugio en sí mismas, no para huir cuando algo se pone difícil, sino para afrontarlo. Entonces, encuentran que su verdadera casa no está en ningún lugar alejado del mundo, sino dentro de ellas. De alguna forma, el amor maduro es consecuencia de un proceso de individualización que puede ser muy doloroso.

Este proceso de madurez nos hace sufrir el robo de una piel que creíamos nuestra y a la que nos aferrábamos con fuerza. Este robo se convierte en la oportunidad de recuperar tesoros únicos y propios, como la determinación y el amor propio, los dos pilares de la liberación emocional.

Como resultado, la mujer alcanza una gran sabiduría que le permite vivir y amar de manera diferente, única y trascendente. De alguna forma, es capaz de hidratarse y reconstruirse a sí misma, sintiéndose enteramente ella dentro de su interior.

El amor después de los 40 es una oportunidad para la mujer de encontrar su verdadero yo, de romper con los patrones y expectativas que la sociedad ha impuesto sobre ella, y de vivir una vida más auténtica y plena.

El amor después de los 40 no es solo posible, sino profundamente transformador. Es un viaje hacia la autenticidad, la autoaceptación y la verdadera conexión con el alma.

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