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REFLEXIONES SOBRE LA JUBILACION

 


La jubilación marca el final de una etapa laboral, pero también abre las puertas a un capítulo completamente nuevo en la vida. Los jubilados, lejos de ser meros espectadores de sus años dorados, se convierten en tesoros vivos de experiencia, conocimiento y sabiduría.

 A medida que avanzamos en la vida, a menudo nos enfocamos en el ajetreo diario y en la búsqueda constante de logros y metas. Sin embargo, al llegar a la jubilación, se nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el camino recorrido y apreciar la riqueza acumulada a lo largo de los años. Cada arruga cuenta una historia, cada cana es un recordatorio de las batallas superadas, y cada momento vivido contribuye a la persona que ahora disfruta de un merecido descanso.

 La jubilación no debería considerarse simplemente como el fin de la productividad laboral, sino como el comienzo de una fase en la que la vida puede explorarse de maneras nuevas y representativas. Es un tiempo para descubrir pasiones postergadas, aprender nuevas habilidades, disfrutar de la compañía de seres queridos y, sobre todo, cultivar una conexión más profunda consigo mismo.

 Los jubilados, con sus historias de vida grabadas en sus corazones, tienen la capacidad única de ofrecer perspectivas valiosas a las generaciones más jóvenes. A menudo, suelen ser testigos de cambios significativos en la sociedad y poseen la sabiduría necesaria para entender que, a pesar de las adversidades, la vida continúa evolucionando. Escuchar sus relatos es como abrir un libro de historia personal que nos conecta con el pasado y nos ilumina el camino hacia el futuro.

 En una sociedad obsesionada con la juventud y la novedad, es crucial recordar que los jubilados son fuentes inagotables de inspiración. Su capacidad para adaptarse a los desafíos, mantener la alegría de vivir y apreciar los pequeños momentos de la vida debería servir como un recordatorio para todos nosotros. En lugar de ver la jubilación como el ocaso de la vida activa, deberíamos celebrarla como la culminación de una etapa y el comienzo de una nueva aventura.

 En última instancia, los jubilados son como faros que guían con su luz y experiencia. Su valor va más allá de los logros profesionales; radica en la forma en que abrazan la vida con gratitud y enseñan a las generaciones más jóvenes a hacer lo mismo. Reconozcamos y honremos a estos tesoros vivos de experiencia, porque en sus historias y lecciones encontramos las piedras angulares que sustentan la riqueza de la existencia humana.

 

¿Cómo aprovechar la jubilación?

 Hay muchas maneras de aprovechar la jubilación. Aquí hay algunas sugerencias: 

·         Planifica tu jubilación con antelación. Piensa en lo que quieres hacer con tu tiempo libre. ¿Quieres viajar? ¿Quieres aprender un nuevo idioma? ¿Quieres dedicarte a la voluntariado?

·         Continúa aprendiendo. La jubilación es un buen momento para aprender nuevas cosas. Puedes tomar clases, leer libros, o participar en talleres.

·         Mantente activo. La actividad física es importante para la salud física y mental. Busca actividades que te gusten y que te ayuden a mantenerte activo.

·         Cuida tu salud. La salud es lo más importante. Hazte revisiones médicas regulares y sigue una dieta sana y equilibrada.

 

Reflexión: LOS JUBILADOS 

Son personas felices y tranquilas,

Satisfechas por el deber cumplido,

Que a pesar de tener más de sesenta,

Se sienten como un recién nacido.

 

Pues acaban de nacer para otra vida,

Como niños disfrutando los paisajes,

Y los ven nuevos, diferentes:

Sin rutina, sin estrés, sin equipaje.

 

Disponibles siempre para lo que sea,

Transpirando calidez y calma,

Jubilados de todo y para todo,

Menos de su corazón y de su alma.

 

Con un aire de sabios caminando,

Consejeros del mundo y de la muerte,

Tan amigos del niño como del anciano,

Y más vivos que nunca ellos se sienten.

 

Viven la vida como nunca lo hicieron.

Recién jubilados con el tiempo de sobra,

Pero luego ratifican que la vida

Es demasiado buena, pero demasiado corta.

 

Pero nunca es tarde para comenzar

A sentir el aire, a renovar su fe,

A descubrir por fin que lo importante,

Como dijo El Principito, no se ve.

 

Nunca es tarde para ir al cine,

Para oler una flor, para abrazar,

Para cantar fuerte la canción aquella

Que nos hace reír y hasta llorar.

 

Y caminar descalzo por el césped,

Y vestirme por fin como yo quiero,

Y comerme un helado a las tres de la tarde,

de un jueves laboral de un mes de enero.

 

Se igualan en edad con todo el mundo,

Se ríen solos y juegan con sus nietos,

Porque los jubilados no son jóvenes,

Pero tampoco ancianos ni son viejos.

 

Son seres maduros y felices,

Y debemos aprovechar su madurez,

Y como dijo Serrat:

nunca apartarlos después de habernos servido bien.

 

Y despiertan envidia para algunos,

De la buena, diría yo con tozudez.

Yo no temo como muchos el ser viejo,

Sino el no poder llegar a la vejez.

 

Muchas gracias a los nuevos Jubilados,

Y a los viejos y a los ancianos también,

Por la vida que aportaron a este mundo,

Que sin ellos no sería lo que es.


NOTA: La jubilación es una oportunidad para el crecimiento personal, la realización y la contribución a la comunidad. Al reflexionar sobre este periodo de la vida, los jubilados pueden descubrir nuevas formas de vivir con propósito y alegría.


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