Nombre completo: Louise
L. Hay
Nacimiento 8
de octubre de 1926 - Los Ángeles California, Estados Unidos
Ocupación escritora,
oradora
Género autoayuda
Movimientos: Nueva
Era
Obras notables Usted
puede sanar su vida (1984)
Cónyuge Andrew
Hay (1954-1968)
Louise L. Hay es una escritora y oradora estadounidense. Es
una de las figuras más representativas del movimiento Nueva Era, como así
también una precursora de los libros de autoayuda. Inicialmente una modelo,
en 1974 publicó su primer libro, Cure su cuerpo, que lleva vendidos un millón
de ejemplares en trece países. Fundó un instituto de enseñanza, una fundación y
Hay House
En 1976, difundió Sana tu cuerpo, un panfleto que contenía
un listado de las principales enfermedades y su probable causa psicosomática.
Difundió programas de terapias alternativas y colaboró
activamente con la gente afectada por el Sida.
Su experiencia de vida —fue
abusada sexualmente durante su infancia y logró sobreponerse a un cáncer
aparentemente terminal— la llevó a efectuar múltiples conferencias, seminarios y apariciones
públicas, ofreciendo consejos prácticos para combatir los temores y las
causas de los malestares de la gente.
Cuando Hay cumplió cinco años, habiendo ya sobrevenido la
depresión de 1930, fue
violada por un vecino alcohólico. El hombre recibió 15 años de prisión,
y Hay luego recordaría: «... como a mí me repitieron insistentemente que
"la culpa era mía", me pasé muchos años temiendo que cuando lo
dejaran en libertad vendría a vengarse de mí por haber tenido la maldad de
enviarlo a la cárcel».
Cuando
cumplió 10 años, su padrastro, que solía maltratarla físicamente, empezó a
abusar sexualmente de ella. Con 15 años de edad, Hay decidió escaparse
de su casa y comenzó a
trabajar como camarera, trabajo que calificó como «más llevadero» que
todo lo que había pedecido anteriormente. Necesitada de cariño, se entregaba
sexualmente a aquel que le demostrara un poco de atención, motivo por el cual quedó embarazada con 16 años
y, al dar a luz, dio en
adopción a su hija a una pareja que no tenía hijos. Nunca más volvió a
saber nada de ella. Tiempo después, en 1950, regresó a su casa y se llevó
consigo a su madre, a quien le buscó un empleo como encargada de la limpieza en
un pequeño hotel.
Luego, se asentó con una amiga en Chicago, donde cumplió labores domésticas.
Finalmente, comenzó a trabajar como modelo de alta costura en Nueva York..
Mientras incursionaba en la industria de la moda, conoció a
un empresario inglés, Andrew Hay, con el que se casó en 1954. Lo definió como
un «caballero encantador y educado». Con él, viajó alrededor de todo el mundo
pero en 1968, luego de 14 años de matrimonio, su esposo la
abandonó por otra mujer. «Fue precisamente cuando yo estaba
empezando a creer que las cosas buenas podían ser duraderas. Sí, fue un golpe aplastante.
Pero el tiempo pasa, y sobreviví», relató.
En 1970, para sobrellevar su baja autoestima, comenzó a
inclinarse a prácticas espirituales tales como la meditación trascendental y empezó
a asistir a los servicios dominicales, las reuniones y las clases de la Iglesia
Ciencia de la Mente.
Hay fue
diagnosticada con un cáncer de útero. «Como a cualquiera que acaban de
decirle que tiene cáncer, fui presa de un pánico total», dijo. Hay relató que,
en su opinión, el cáncer solamente era la manifestación externa de un profundo
resentimiento que «devoraba» el cuerpo. Decidió no operarse ni someterse a
ningún tratamiento médico y convenció a su médico para posponer la operación
durante tres meses, el cual accedió dudoso.
Hay efectuó la
reflejoterapia y la terapia del colon, hizo una dieta específica para limpiar el organismo de
todas las toxinas por la mala alimentación que llevaba y acudió a un
psicoterapeuta especialista en expresar la rabia. Averiguó cómo había
sido el pasado de sus padres —Hay consideraba que todos somos, en realidad,
«víctimas de víctimas»— y descubrió que ellos también habían sido maltratados
de pequeños, por lo que trabajó en el perdón para liberarse del resentimiento que
albergaba hacia las personas que abusaron de ella y la maltrataron de pequeña,
especialmente a su padrastro y su madre, hasta que pudo sentir compasión por ellos.
La
palabra «incurable», tan aterradora para tantas personas, para mí significa que
esa dolencia, la que fuere, no se puede curar por medios externos, y que para
encontrarle curación debemos ir hacia adentro. Si yo me hacía
operar para librarme del cáncer, pero no me liberaba del modelo mental que lo
había creado, los médicos no harían otra cosa que seguir cortándole pedazos
a Louise hasta que ya no les quedara más Louise para cortar. Y esa idea no me
gustaba.
Seis meses después de empezar su propia curación, el médico
le confirmó que el cáncer había desaparecido completamente, sin haber recibido
tratamiento de quimioterapia o cirugía.
Hay
disfruta de la pintura, la jardinería y el baile en su casa de San Diego.
PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES
Los
pensamientos y las palabras son «creadoras de nuestra vida».
Cada uno es responsable de sus propias experiencias
Usted puede cambiar su vida si modifica su modo de pensar, escogiendo y prestando atención a las palabras que utiliza.
La aceptación hacia uno mismo resuelve cualquier tipo de problema.
Es importante asistir a talleres sobre amarse a uno mismo y sanar nuestras vidas, basados en la idea de que cada persona tiene la posibilidad de revelar su potencial ilimitado, sus recursos internos y con ellos acrecentar su bienestar, el cual se logra integrando los cuatro ámbitos esenciales del ser humano: el físico, el emocional, el intelectual y el espiritual.
"Los portales que llevan a la sabiduría y al conocimiento están siempre abiertos."
La vida es realmente muy simple: Recibimos lo que hemos dado.
Lo que pensamos de nosotros mismos llega a ser verdad para nosotros. Creo que todos, y me incluyo, somos responsables en un ciento por ciento de todo lo que nos sucede en la vida, lo mejor y lo peor.
Cada cosa que pensamos está creando nuestro futuro.
Cada uno de nosotros crea sus experiencias con lo que piensa y lo que siente.
Las cosas que pensamos y las palabras que decimos crean nuestras experiencias.
Nosotros creamos las situaciones, y después renunciamos a nuestro poder, culpando a otra persona de nuestra frustración.
Nadie, ni ningún lugar ni cosa, tiene poder alguno sobre nosotros, porque en nuestra mente los únicos que pensamos somos "nosotros", los que creamos nuestras experiencias, nuestra realidad y todo lo que hay en ella.
Cuando creamos paz, armonía y equilibrio en nuestra mente, los encontramos en nuestra vida.
Usted puede sanar su vida: Es posible sanar nuestro cuerpo y nuestro espíritu cambiando nuestras creencias limitantes y alcanzar la autoestima y el amor propio.
Cada uno es responsable de sus propias experiencias
Usted puede cambiar su vida si modifica su modo de pensar, escogiendo y prestando atención a las palabras que utiliza.
La aceptación hacia uno mismo resuelve cualquier tipo de problema.
Es importante asistir a talleres sobre amarse a uno mismo y sanar nuestras vidas, basados en la idea de que cada persona tiene la posibilidad de revelar su potencial ilimitado, sus recursos internos y con ellos acrecentar su bienestar, el cual se logra integrando los cuatro ámbitos esenciales del ser humano: el físico, el emocional, el intelectual y el espiritual.
"Los portales que llevan a la sabiduría y al conocimiento están siempre abiertos."
La vida es realmente muy simple: Recibimos lo que hemos dado.
Lo que pensamos de nosotros mismos llega a ser verdad para nosotros. Creo que todos, y me incluyo, somos responsables en un ciento por ciento de todo lo que nos sucede en la vida, lo mejor y lo peor.
Cada cosa que pensamos está creando nuestro futuro.
Cada uno de nosotros crea sus experiencias con lo que piensa y lo que siente.
Las cosas que pensamos y las palabras que decimos crean nuestras experiencias.
Nosotros creamos las situaciones, y después renunciamos a nuestro poder, culpando a otra persona de nuestra frustración.
Nadie, ni ningún lugar ni cosa, tiene poder alguno sobre nosotros, porque en nuestra mente los únicos que pensamos somos "nosotros", los que creamos nuestras experiencias, nuestra realidad y todo lo que hay en ella.
Cuando creamos paz, armonía y equilibrio en nuestra mente, los encontramos en nuestra vida.
Usted puede sanar su vida: Es posible sanar nuestro cuerpo y nuestro espíritu cambiando nuestras creencias limitantes y alcanzar la autoestima y el amor propio.
Un Mensaje de Louise Hay para toda la Humanidad:
Queridos amigos:
Les habla Louise Hay, una mujer que ha dedicado su vida a ayudar a las personas a sanar y encontrar el bienestar.
En estos tiempos de incertidumbre y cambio, quiero compartir con ustedes un mensaje de esperanza y amor.
Cada uno de nosotros tiene el poder de crear su propia realidad. Nuestros pensamientos, palabras y acciones tienen un impacto poderoso en nuestras vidas.
Si nos enfocamos en lo negativo, en el miedo y la duda, atraeremos más de lo mismo a nuestras vidas. Pero si elegimos enfocarnos en lo positivo, en el amor, la gratitud y la esperanza, podemos crear una realidad más bella y plena.
Todos tenemos la capacidad de sanar. No importa por lo que hayamos pasado en nuestras vidas, siempre podemos elegir sanar nuestras heridas y crear un futuro mejor.
La clave para sanar está en el amor propio. Cuando nos amamos y nos aceptamos tal y como somos, podemos comenzar a sanar nuestras relaciones con los demás y con el mundo que nos rodea.
Practicar afirmaciones positivas es una herramienta poderosa para cambiar nuestros pensamientos y crear una realidad más positiva. Cuando repetimos afirmaciones positivas como "Yo soy amado", "Yo soy valioso" y "Yo merezco ser feliz", podemos reprogramar nuestra mente subconsciente y atraer más cosas buenas a nuestras vidas.
El perdón es otro elemento esencial para la sanar. Cuando perdonamos a los demás, no solo los liberamos, sino que también nos liberamos a nosotros mismos del resentimiento y la ira que nos atan al pasado.
Vivir en el presente es fundamental para la felicidad. El pasado ya no está aquí, y el futuro aún no ha llegado. El único momento en el que realmente podemos vivir es el presente.
Agradecer las cosas buenas de nuestras vidas es una forma poderosa de atraer más cosas buenas. Cuando nos enfocamos en la gratitud, elevamos nuestra vibración y abrimos las puertas a la abundancia y la felicidad.
Todos tenemos el potencial de crear un mundo mejor. Si cada uno de nosotros nos enfocamos en el amor, la paz y la compasión, podemos transformar el mundo en un lugar más hermoso para todos.
Les invito a unirse a mí en la creación de un mundo más amoroso y compasivo. Comiencen por amar a sí mismos, por perdonar a los demás y por vivir en el presente. Practiquen afirmaciones positivas y expresen gratitud por las cosas buenas de sus vidas. Juntos, podemos crear un mundo mejor para todos.
Les deseo paz, armonía, amor y alegría. Que sean conscientes de su poder interior y de su capacidad de crear un mundo mejor. Que se amen a sí mismos y a los demás, y que se permitan sentir y expresar la compasión y el amor que todos llevamos dentro.
Con amor y gratitud,
Louise Hay
La verdad que su experiencia desde niña fue muy triste y traumática, pero a veces la vida nos enseña a conseguir nuestro camino. Me interesa todo lo que tiene que ver con energías mentales, estoy segura que ayuda a vivir mejor. Gracias.
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