Un día
caminando por el barrio, me puse a observar los árboles.
Los vi de todos los tamaños, color y forma, y me llamó la
atención de que a pesar que caminé largas calles, no pude encontrar ningún
árbol frutal.
Me dio
pena saber que a pesar de la extensa variedad de árboles que dan frutos, no
había plantado ninguno.
Quizas sea un sueño, pero me imagino las calles y los
parques llenos de árboles frutales, alimentando la sed y el hambre del
caminante, creo que para eso están los árboles, para servir, y no solo para dar
sombra.
Sueño
que en el futuro realicen plantaciones de estos benditos árboles en lugares
adecuados, y al alcance de cualquier andante.
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