La
depresión en uno de los trastornos mentales más comunes de esta época,
combatirla puede llegar a ser un reto si se toma en cuenta que el trajín de la
vida diaria no da tiempo para tomar medidas saludables a tiempo.
Una rutina intensiva de ejercicio físico de
media hora durante al menos tres veces a la semana puede ser efectiva para
reducir los síntomas de una depresión moderada hasta en el 50%.
El
estudio, realizado del año 1998 al 2003, arrojó como conclusión que “el
ejercicio aeróbico en una dosis constante con recomendaciones de salud pública
es un tratamiento eficaz para moderar la severidad de la depresión. Una dosis
más baja es comparable al efecto placebo”.
En el estudio participaron adultos de los 20 a
los 45 años diagnosticados con depresión suave a moderada. Los individuos que
realizaron ejercicios aeróbicos de manera intensa tres o más días por semana
durante 30 minutos, experimentaron una reducción del 47% en los síntomas
después de 12 semanas. Los individuos que llevaron a cabo la actividad física
en un grado menor de intensidad al menos tres veces a la semana, presentaron
una disminución del 30% de los síntomas de depresión.
Siendo esto así, las posibilidades de
deshacerse de síntomas como la ansiedad, el insomnio, el agobio e incertidumbre
con respecto al futuro, la falta de motivación y de autoestima, la nostalgia y
la ausencia de energía, pueden ser notoriamente disminuidos si tomas toma la
sartén por el mango y te decides a empezar una rutina de ejercicios de una vez
por todas.
Cómo
empezar
Una
de las demostraciones de fuerza de voluntad más poderosas es comenzar una
sesión de ejercicios y realmente convertirla en una rutina diaria. Son muchas
las excusas y razones por las cuales parece imposible apartar 30 minutos del
día para hacerse un bien a sí mismo.
Mucho trabajo, tiempo con los hijos o la
pareja, tiempo de descanso, entre otras razones son válidas a la hora de
decidir cómo gastar el tiempo libre, pero en la mayoría de ocasiones es la pereza
la que se opone a que brindemos algo de atención a nuestro cuerpo; media hora
que puede ser increíblemente provechosa si la tomamos en serio.
Lo
más importante para empezar a hacer ejercicio es:
•
Trazarse una meta alcanzable a corto plazo, por ejemplo trotar 20 minutos sin
parar o alcanzar una distancia de 50 cuadras en bicicleta en 15 días de rutina;
la velocidad no es prioridad, en cambio la resistencia será el elemento
fundamental.
• Cabe aclarar que esa meta se logra paso a
paso, empezando con una caminata de media hora o un trote suave parando cada
vez que sea necesario, cada dos o tres días se incrementará la intensidad de la
rutina para acostumbrar el cuerpo al ejercicio.
•
Es primordial no excederse el primer día. Los músculos
están relajados y si tienes un buen funcionamiento cardiaco y respiratorio es
posible que puedas durar una hora o más ejercitándote; pero cuidado, si lo
haces es posible que al otro día no te puedas mover debido al dolor muscular.
El exceso es una de las causas más frecuentes de deserción de las rutinas de
ejercicio.
•
No dejarse vencer por la pereza es fundamental para mantenerse en una rutina de
ejercicios. Es cierto que los primeros 4 días son
decisivos, porque el cuerpo aún no está acostumbrado a la actividad física y
pueden dolerte músculos que ni siquiera sabías que existían; pero si pasas esa
barrera estarás del otro lado, lista para sacar de tu vida esos momentos de
tristeza.
• Una buena opción para empezar a tener actividad
física es elegir
actividades que siempre te hayan gustado o hayas querido hacer, como
bailar o practicar algún deporte ambas actividades que requieren un esfuerzo
mental, así que rara vez te darás cuenta del esfuerzo físico que requieren.
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