El
cigarrillo electrónico se introdujo en China en 2003 y desde entonces no ha
dejado de extenderse.
¿Es
igual de adictivo que el cigarro convencional? ¿Provoca cáncer? ¿Es capaz de
calmar la ansiedad del fumador? ¿Ayuda a dejar el tabaco? Cinco años después de
la expansión del cigarrillo electrónico a nivel mundial todavía son muchas las
dudas que planean sobre esta nueva forma de fumar.
1.
¿Es menos nocivo que el tabaco convencional?
Los expertos especulan que pudiera producir menor
toxicidad que el cigarro convencional, pero no hay estudios que lo demuestren. No se conocen los efectos a
largo plazo del uso del cigarro electrónico. Sí se sabe que produce menos
sustancias carcinogenéticas que el cigarro convencional. A altas temperaturas
el propilenglicol se descompone y puede producir óxido de propileno, probable
carcinogenético. El glicerol produce acroleína, aunque en menor
proporción que el pitillo tradicional. Propilenglicol y glicerol producen carcinógenos
como formaldehido y acetaldehído. También se han hallado trazas de carcinógenos
propios del tabaco clásico, como nitrosaminas, metales, compuestos fenólicos y
orgánicos volátiles. Los
niveles de níquel detectados son mayores que los hallados en el tabaco clásico.
Por su parte, los cigarros electrónicos que incluyen
nicotina aumentan la frecuencia cardiaca y los niveles de cotinina en sangre. Esto varía en función de la
experiencia del fumador y la técnica de inhalación o vapeo. Puede haber
riesgo de intoxicación por nicotina si se ingiere por vía oral al manipular el
cartucho, por lo que es peligroso dejar un cigarro electrónico al alcance de
los niños.
2.
¿Qué efectos causa en los pulmones?
El
cigarro electrónico produce alteraciones en la función pulmonar. Los
cambios agudos hallados en la función respiratoria, como broncoconstricción,
son menores a los que produce el cigarrillo convencional. Hay algún estudio que demuestra
que provoca asma en niños, además de irritación en los ojos, garganta y
vías aéreas. No existen datos de seguridad a largo plazo. Este nuevo modo de fumar también
causa neumonía lipoidea; se han descrito casos aislados en grandes
consumidores, relacionados con el depósito de glicerol en el pulmón.
3.
¿Y sobre el cerebro?
La acción
sobre el cerebro sólo sería producida por los cigarrillos electrónicos que
tienen nicotina en el líquido del contenedor para vapeo. Hay dos ensayos
clínicos (Caponneto y Bullen) que demuestran su eficacia para calmar los
síntomas del síndrome de abstinencia, pero no permiten establecer conclusiones
definitivas, dada la metodología empleada (no tenían brazo “ciego”). Existen estudios
observacionales, de menor valor, que evidencian una ayuda para reducir los síntomas
de abstinencia. Las
autoridades sanitarias Internacionales (FDA americana y EMEA europea) sólo
reconocen nicotina, bupropion y vareniclina como los únicos fármacos para
tratar la dependencia al tabaco.
4.
Ventajas del cigarrillo electrónico frente al tabaco normal
El cigarro electrónico no produce alquitranes o monóxido
de carbono como el tabaco convencional. Algunos cigarrillos electrónicos no
tienen nicotina y, en cambio, introducen sustancias saborizantes de efecto
desconocido a largo plazo (algún estudio valora su posible toxicidad). Además, se especula que el uso
del cigarrillo electrónico a corto plazo pudiera servir para reducir el uso del
tabaco tradicional o, en algunos casos, conseguir el abandono del tabaco.
5.
Desventajas
El principal inconveniente del cigarrillo electrónico es que no se conocen sus efectos
a largo plazo. Sí se conoce el efecto del tabaco convencional: cáncer,
cardiopatía isquémica, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC),
bronquitis crónica, enfisema, etcétera. Algunos expertos consideran que los efectos a largo plazo
no pueden ser peores que los ya conocidos y causados por el tabaco tradicional.
6.
Con qué enfermedades se relaciona el cigarro electrónico
No se conocen efectos a largo plazo debido,
principalmente, a la falta de estudios.
Los cigarros electrónicos se introducen en el mercado chino en 2003 y su uso se
ha incrementado a nivel mundial desde el año 2010. En los últimos años, las autoridades sanitarias y
los profesionales de la salud comienzan a ver su uso como un verdadero problema
de salud pública. A corto plazo hay descrito algún caso de neumonía
lipoidea.
7.
Consecuencias para un fumador pasivo de cigarrillos electrónicos
Se estima que el efecto sea menor que el asociado al
cigarrillo convencional. Se
han detectado elevaciones de cotinina en la sangre en no vapeadores expuestos
al cigarro electrónico. También se ha demostrado la presencia de
sustancias volátiles de 2,5 micras de diámetro que pueden depositarse en el
pulmón de fumadores pasivos de cigarrillos electrónicos.
8.
¿Es igual de adictivo el cigarrillo electrónico que el tradicional?
Si
no tienen nicotina, los cigarrillos electrónicos no producen adicción física.
El riesgo de engancharse depende de si se usa para sustituir el tabaco, para
reducir su consumo o, simplemente, de forma recreativa por parte de personas
que nunca han fumado. Pero
es importante saber que los cigarrillos electrónicos pueden mantener la
adicción psicológica a la nicotina.
La adicción tiene un componente físico, de corta
duración, y uno psicológico, más duradero en el tiempo. El cigarrillo electrónico dificulta romper la
conducta con el cigarro, dada la similitud con el cigarrillo
convencional.
Por
el motivo anterior se considera que, aunque ayudaran a reducir la abstinencia
física, los cigarrillos electrónicos limitarían el abandono del tabaco.
Por eso muchos consumidores cronifican su uso o lo combinan con el cigarro
tradicional, dificultando el acceso voluntario a la ayuda farmacológica
convencional y con una falsa sensación de seguridad de que sufren menor daño
por consumir menos pitillos.
Por
último, el efecto sobre futuros fumadores es pernicioso, dado que relajan la
prevención sobre la conducta de fumar y perjudican lo conseguido hasta el
presente en las campañas antitabaco. El cigarrillo electrónico podría
aumentar el consumo de tabaco en jóvenes y “normalizar” el consumo de tabaco.
9.
¿Puede ser de ayuda para dejar el tabaco?
Algunos
expertos consideran que sí, pero reclaman que sea considerado como un producto
sanitario y continúe la investigación controlada sobre este campo. Los
expertos siguen aconsejando los métodos farmacológicos tradicionales (nicotina,
bupropion y vareniclina). Si un paciente opta por el cigarro electrónico, se le
debería informar sobre el estado de la ciencia en este momento, sobre su
eficacia y seguridad.
10.
¿Está prohibido en los mismos espacios que el tabaco convencional?
No. La legislación española permite el uso del cigarro
electrónico en centros de trabajo no sanitarios, bares y restaurantes. Y se
pueden publicitar. Su consumo está regulado por la Ley 3/2014, de 27 de marzo,
por la que se modifica el texto refundido de la Ley General para la Defensa de
los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias. De forma resumida,
se establece su prohibición en los siguientes espacios:
Centros
y dependencias de las Administraciones públicas y entidades de derecho público.
Centros,
servicios y establecimientos sanitarios, así como los espacios al aire libre o
cubiertos, comprendidos en sus recintos.
Centros docentes y formativos, salvo los espacios al aire
libre de los centros universitarios y de los exclusivamente dedicados a la
formación de adultos, siempre que no sean accesos inmediatos a los edificios y
aceras circundantes.
Medios
de transporte público urbano e interurbano, medios de transporte ferroviario y
marítimo, así como aeronaves de compañías españolas o vuelos compartidos con
compañías extranjeras.
Recintos
de los parques infantiles y áreas o zonas de juego para la infancia, entendiendo por tales los espacios al aire libre acotados que
contengan equipamiento o acondicionamiento destinados específicamente para el
juego y esparcimiento de menores”.
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