Una sabia profesora preguntó a sus
discípulos: ¿Qué eligen las personas entre las riquezas y el amor?
Todos
dijeron precipitadamente que, por supuesto, la gente se quedaba con el amor, pero ella les
dijo:
No
estoy esperando una respuesta sobre lo que las personas desean, sino sobre lo
que en realidad viven en la práctica.
Sí, los seres humanos son en exceso
veloces para decir lo que quieren y muy parsimoniosos para aplicarlo en su vida.
Mira
bien tu vivir cotidiano y examina sin engaños fáciles tus relaciones y tus
prioridades.
Sin
pensar con el deseo, ¿cuántos en verdad ponen de primero el ser y el amor en
sus existencias?”.
Los
alumnos se quedaron silenciosos y pensativos. Todos vieron clara la diferencia
entre hablar de algo y vivirlo.
Y la sabia mujer agregó:“Solo cuando te entregas totalmente al amor eres el más rico de los seres humanos”.
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