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LA VIDA ESTÁ HECHA DE MOMENTOS


Momentos mágicos
Momentos cotidianos
Momentos increíbles
Momentos de desafío
Momentos de éxtasis
Momentos de angustia
Momentos maravillosos
Momentos ordinarios
Momentos de inspiración
Momentos de torpeza
Momentos de alegría
Momentos de tristeza
Momentos para arriesgarnos
Momentos para perseverar
Momentos de energía
Momentos de descanso
Momentos para dialogar
Momentos para escuchar
Momentos para imaginar
Momentos para cristalizar
Momentos para pensar

Momentos mágicos que nos hacen vibrar con emoción y que forman una parte integral de nuestra experiencia.

Momentos que se convierten en las películas de nuestra mente y que están disponibles las 24 horas del día para anclarnos en aquellos instantes que confirman lo que es el placer de estar en este trayecto maravilloso que llamamos vida.

Momentos cotidianos que constituyen nuestro día a día y forman una gran cantidad de nuestros minutos, horas y días.

Momentos que pueden pasar desapercibidos si no estamos prestando atención a lo increíble que es cada instante; el vuelo de un pájaro, el color intenso de una flor o la respiración que nos mantiene vivos.

Momentos increíbles que nos quitan el aliento con su maravilla y la sorpresa de lo perfecto que es la vida en su misma imperfección. Momentos cuando una tormenta arrasa con todo lo que está en su camino y la sorpresa de la subsecuente regeneración de vida y abundancia en el mismo lugar donde antes no quedaba absolutamente nada.

Momentos de desafío que pareciera que nunca van a terminar y la agonía que vivimos mientras que estamos buscando una solución.

Momentos que en el instante parecen ser el fin del mundo que conocemos y que luego resultan ser solo sueños distantes cuando logramos superarlos y dejan lecciones importantes.

Momentos de éxtasis cuando se para el mundo y entramos en un estado donde nada nos puede tocar o tumbar.

Momentos que vienen cuando menos los esperamos y que luego quedan como un remanente de un sueño sensacional que anhelamos repetir con todo nuestro cuerpo y ser.

Momentos de angustia que forman parte de nuestra vida y que nos impiden hacer lo que en otras circunstancias hacemos naturalmente.

Momentos que de una forma peculiar e inesperada forman la base de nuestro ser y que luego dan pautas que nos desvían dándonos la dirección que marca nuestro destino.

Momentos maravillosos que nos hacen sonreír ampliamente y reír tan fuerte que nos duele el estómago.

Momentos que dejan su huella en nuestra experiencia, fortaleciendo lazos con las personas con quienes tenemos el gusto de compartirlos creando relaciones que pueden perdurar toda la vida.

Momentos ordinarios que forman una gran parte de nuestra existencia y que a su vez siempre dejan un espacio para reflexionar.

Momentos que de otra manera simplemente vienen y se van sin que les demos mayor importancia aunque cuando los analizamos tienen el poder de afirmar lo extraordinario que es cada instante.

Momentos de inspiración que nos permiten volar con las águilas y durante los cuales pareciera que todo lo que hacemos sale bien.

Momentos cuando estamos conectados con el universo y fluimos naturalmente con todos los cambios normales e imprevistos que constituyen la naturaleza de la vida.

Momentos de torpeza que vienen inesperadamente y que nos causan vergüenza porque nada funciona como quisiéramos.

Momentos que reafirman el hecho de que no somos perfectos y que a su vez crean incomodidad que frecuentemente es imprescindible para aprender y continuar.

Momentos de alegría que alimentan el alma y que verifican que la felicidad debe ser la regla en vez de la excepción.

Momentos que nos transportan emocionalmente a otro lugar y que nos abren las puertas para ser felices con lo que tenemos y donde nos encontramos en cada instante, aún sabiendo que siempre podemos mejorar.

Momentos de tristeza que forman una parte natural del ciclo de la vida y que por más que quisiéramos que no se presentaran, se presentarán.

Momentos para reflexionar sobre lo que hemos sido hasta este momento para luego seguir adelante modificando nuestro comportamiento por errores cometidos y creando nuestra propia realidad.

Momentos para arriesgarnos con valentía con el fin de lograr lo que más deseamos y pintar un cuadro grandioso que representa lo que somos.

Momentos para dar un brinco al vacío con energía sabiendo que en el camino podemos realizar ajustes para obtener exactamente lo que queremos.

Momentos para perseverar, manteniéndonos firmes con nuestras propias decisiones sabiendo que nuestro criterio tiene el mismo valor que el de cualquier otra persona.

Momentos para quedarnos tranquilos en el conocimiento que no siempre es necesario realizar cambios violentos para conseguir lo que queremos.

Momentos de energía cuando actuamos con entusiasmo para lograr nuestros sueños y crear nuevos caminos al destino que más deseamos.

Momentos para seguir adelante con ánimo sabiendo que las personas que están más ocupadas y tienen más que hacer son las que suelen dar resultados en vez de excusas.

Momentos de descanso cuando retomamos nuestras fuerzas y disfrutamos plenamente del placer de simplemente ser sin sentirnos obligados a siempre estar ocupados.

Momentos para saborear el sol sintiendo su calor y reflexionar sobre el trabajo arduo que paradójicamente nos permite disfrutar de cada instante.

Momentos para dialogar con elocuencia, exponiendo nuestro punto de vista con confianza y convicción, compartiendo nuestros conocimientos.

Momentos para destacarnos de los demás haciendo todo lo que está dentro de nuestro poder para ser algo más que uno más en la masa de humanidad.

Momentos para escuchar con el fin de primero entender la posición y perspectiva de los demás antes de ofrecer nuestra opinión.

Momentos para ser empático adentrándonos en las emociones y los pensamientos del otro para entender lo que realmente le interesa, haciéndolo sentir comprendido.

Momentos para imaginar todo lo que es posible cuando utilizamos nuestro poder creativo para generar nuevas soluciones y alternativas a desafíos comunes.

Momentos para ingeniar nuevas maneras de conseguir algo mejor por caminos distintos que nos dirigen a nuevos destinos.

Momentos para cristalizar lo que ya sabemos con todo lo que hemos aprendido deleitándonos en los desafíos que hemos superado.

Momentos para ponderar nuestra existencia y lo que significa la vida, sabiendo que aun con las mejores teorías, no hay nadie que tenga la respuesta absoluta.

Momentos para pensar en lo maravilloso que es cada segundo, minuto y hora que va pasando como arena por nuestros dedos mientras que el mundo sigue dando vueltas.

Momentos para ser agradecidos con Dios por el privilegio de estar vivos sabiendo con certeza que ¡este instante aquí y ahora puede ser un momento mágico!



REFLEXIONES DE UN SACERDOTE
Queridos hermanos y hermanas.
La vida está hecha de momentos, instantes que pasan rápidamente como un soplo de viento. A menudo nos enfocamos en el pasado o nos preocupamos por el futuro, y nos olvidamos de la belleza del ahora. En cada momento, Dios nos ofrece la oportunidad de encontrar Su presencia y Su amor en nuestras vidas. Desde el nacimiento de un niño hasta la puesta de sol, cada experiencia tiene un propósito en el plan divino.  No permitamos que la rutina o la indiferencia nos roben la riqueza de este presente. Abramos nuestros corazones y sentidos para saborear cada instante, para agradecer las bendiciones y aprender de las dificultadesRecordemos que la vida no es una carrera hacia una meta distante, sino un viaje que se disfruta paso a paso, momento a momento. Que Dios nos conceda la sabiduría para apreciar cada uno de ellos y convertirlos en ofrendas de amor al Creador. Aprendamos a valorar cada momento, a vivirlo plenamente, y a buscar la presencia de Dios en todas nuestras acciones. Vivir con gratitud nos acerca a la verdadera paz interior. Que el Señor nos conceda la gracia de vivir cada momento con atención y gratitud. Amén.

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