La vida es tan corta como una ilusión, y lo
que realmente importa es lo que dejamos pegado al alma de quienes
amamos. No pretendo enseñarte lo que es el mundo, porque también estoy
aprendiendo, pero sí sé que vale la pena disfrutar cada día.
Hazme caso:
Di lo que sientas, haz
lo que piensas y da lo que tengas. Nunca te quedes con las ganas,
porque arrepentirse de no haberlo intentado es más doloroso que cualquier
caída. Si las cosas no
llegan como esperabas, no te conformes, no te detengas.
Recuerda
que los sentimientos
son lo más importante, más que cualquier cosa que puedas comprar. Ama con intensidad, ama hasta
que duela, porque solo así se siente completo. El amor que desarma, arrulla
y estalla es el que llena cada rincón de tu ser.
Habrá
momentos en los que querrás volar sola, y está bien. Los recuerdos siempre estarán ahí, como un refugio al que puedes
volver cada vez que lo necesites. Pero pase lo que pase, nunca te olvides de Dios.
Él es quien sostiene tus alas cuando sientes que el viento no alcanza.
Sé tú misma, no importa lo que digan. Vive, siente, ama sin límites. Haz lo que
quieras, pero hazlo desde el corazón. Porque, al final, lo único que vale la pena es todo aquello que logramos dejar
en los corazones de quienes nos aman.

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