Te regalo mi cintura, para que puedas
sentirme cerca, y mis labios para esos besos que me hacen sentir viva.
Te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan, porque
cuando se trata de ti, hasta mi razón se va de vacaciones. Mis zapatos
desteñidos y hasta el diario donde escribo mis pensamientos, todo es
tuyo.
Y claro, te
doy hasta mis suspiros, esos que se escapan cuando te miro y siento que
te quiero más que nunca. Pero
lo más importante, te pido que no te vayas más, porque eres mi sol,
la fe con la que me levanto todos los días. Eres la potencia
de mi voz y los pies con los que camino.
Eres mis ganas de reír, mi alegría, mi
refugio. Eres el adiós que nunca sabré decir, porque sin ti no hay vida. Si algún
día decides irte, cerraría cada puerta, para que el mundo no pudiera
separarnos. Lo haría todo para que te quedes conmigo.
Te regalo mis silencios, esos momentos de
calma en los que solo existimos tú y yo. Te doy mi nariz, para que sigas
respirando mi aire. Mis huesos también son tuyos, porque eres
mi todo, y no me atrevo a imaginarme sin ti.
Quédate aquí, porque nunca podré vivir sin ti.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios