A veces la vida es un camino solitario, uno donde la
soledad se esconde en las pupilas y las estrellas del cielo parecen solo
promesas rotas. Antes de ti, mi amor, vivía en la sombra,
transitando el lado oscuro de la Luna. No había amor, solo decepciones que dejaban marcas en mi
corazón.
Agoté mis
lágrimas y me acostumbré al dolor, pensando que el amor era solo un espejismo,
algo para otros, no para mí. Pero
entonces llegaste tú. Con tu luz, con tu mirada que rompió todas mis
barreras, me hiciste transparente.
Contigo
aprendí a olvidar, a dejar atrás la tempestad. Valió la pena cada tropiezo, cada herida, porque todo eso
me llevó hasta ti. Hoy sé lo que es amar de verdad, porque
contigo mi corazón encontró su lugar.
Antes de ti, no había nada, pero ahora sé
que el amor es más que un sueño: es la magia que trajiste a mi vida. Eres mi
calma, mi claridad, y gracias a ti, puedo mirar el cielo y ver estrellas que
iluminan, no que decepcionan.
Antes de ti no sabía que era amar... Ahora solo sé
que contigo quiero vivirlo todo

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