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CLAVES PARA CONVIVIR EN PAREJA





Si bien en una relación no todo es color de rosa, hay que saber controlar la ira y el mal genio.

Pautas para tener en cuenta.

Para tener una relación sana es importante que sea honesto con su pareja sobre los comportamientos que le molestan. Si no habla, lo más probable es que en una discusión saque todo a flote.

Aunque no esté de acuerdo con el punto de vista de su pareja, haga el esfuerzo de escucharla y déjela hablar. No la ignore ni se muestre desinteresado por la conversación.

En vez de dejarse llevar por la efervescencia del momento y empezar a decir lo que el otro hace o no, mírese usted y evalúe sus faltas. No alimente el problema; resuélvalo.

Por más enervado que esté, procure no utilizar palabras groseras, ofensivas o hirientes. Esto sólo le echará leña al fuego. Hará sentir mal a su pareja y muy seguramente, usted terminará arrepintiéndose.
Las peleas y las discusiones son una parte natural e inevitable de la vida en pareja, es necesario que podamos aprender a decir lo desagradable, a opinar y sentir diferente sin llegar al agravio. Un gran desafío: pelear “sin que la sangre llegue al río”.

Esta es la mejor parte de las peleas. Aprenda a perdonar y a no guardar rencor. Cuando se vuelva a encontrar con su pareja cambie el tono y verá que le responde igual.

Si hablan de un tema que siempre genera pelea, recuerde que la idea es dialogar y no discutir. Si uno de los dos empieza a elevar el tono de la voz, pause la conversación.

Si realmente no se logra calmar, lo mejor es que guarde silencio, respire profundo y se aleje por un rato para que se relaje y reflexione.

Una pareja ha de tener objetivos comunes para poder evolucionar. Metas que ayuden a alinear fuerzas y voluntades. Estas metas dan sentido y dirección. Permiten que se desarrollen emociones, ideas y esfuerzos comunes que fortalecen el vínculo.

Un obstáculo clásico de toda relación larga es la aparición de la desagradable y desgastante rutina.
Nunca serán demasiadas las energías que se inviertan en crear estrategias que ayuden a vencer a este despiadado enemigo que se inmiscuye silenciosamente en la pareja, dañándola y envenenándola, si sus miembros no lo advierten a tiempo.

Una delicada armonía se necesita en esta área de la relación. Dar y recibir objetos, caricias, emociones, palabras de aliento, de apoyo, críticas saludables. Un ejercicio sutil, donde el desequilibrio genera desajustes de poder dentro de la relación, con consecuencias nefastas para ambos.

Que la convivencia o la costumbre no te vuelvan ciego. Por que así dejarías de ver por que te enamoraste de esa persona.
Nunca pierdas el respeto, por que confianza significa sensibilidad y conocimiento del otro, pero no descuido, falta de tacto o consideración.

Un dinámico y sutil equilibrio entre cuidarme y enriquecerme como individuo, sin descuidar a la pareja. Y un interés deliberado por alimentar la relación sin descuidarme a mi mismo ha de ensayarse día a día. Ni el egoísmo que “se corta sólo”, ni la fusión irresponsable dónde le cargamos al otro con la responsabilidad de hacernos felices

Es de vital importancia en una pareja sana y responsable ejercitar la comunicación en todos los niveles. En lo sexual-corporal, por que la relación sexual es una forma de comunicación. En lo emocional, por que la ternura y los enojos forman parte de la comunicación. En lo psicológico-individual por que mi pareja NECESITA saber de mis deseos y necesidades, de mis gustos o disgustos con respecto a todo lo que atañe a la relación, y por que yo necesito saber lo mismo de mi amada/o. Para lo que necesito aprender a escuchar y aprender a decir las cosas correctamente.

Este es uno de los puntos claves de toda relación de pareja. Una profunda amistad, una gran intimidad física, emocional, psicológica y espiritual. El acompañarse mutuamente en el placer y las necesidades, en los dolores y las alegrías. Estar en pareja es entre otras cosas tener la capacidad de atravesar innumerables experiencias de toda naturaleza a lo largo del tiempo. Todo lo que ayude a reforzar la amistad y el compañerismo será de inmensa ayuda para el vínculo.

SEXUALIDAD:
Es un área muy sensible y de inmensa importancia en todo vínculo. La sexualidad pide conciencia y diálogo. Es importante evitar la rutina, el automatismo, la arbitrariedad y toda conducta abusiva o de indiferencia.
Los miembros de la pareja necesitan estar dispuestos a dialogar francamente sobre lo que les gusta y disgusta, sobre sus miedos y fantasías y sobre todo aquello que incremente y enriquezca la intimidad y la confianza en el vínculo.

DIFERENCIAR LA INTENSIDAD DE LA PLENITUD:
Un error muy común es confundir las experiencias intensas con plenitud. Para combatir la rutina la pareja puede crear situaciones en las que se ve impulsada a la búsqueda de experiencias intensas. En general son experiencias vacías, que producen desgaste y exponen riesgosamente a los participantes. La plenitud en cambio, es una vivencia cargada de sentido y de conciencia que enriquece sin poner en riesgo la relación.

Estar en pareja es una de las experiencias más ricas y complejas que podemos vivir. La pareja es el resultado de la relación de dos individuos que se encuentran en una situación de intimidad única. Dicho de otro modo: dos mundos se encuentran.

Por que cada uno tiene una historia personal y familiar, una educación específica, una manera de ver el mundo, unas experiencias vitales que los hacen únicos. Y eso implica una gran complejidad, una gran diversidad, un gran desafío. Entonces cuando dos personas se relacionan, se relacionan dos mundos, dos maneras distintas de ver y valorar la Vida.

Si bien este es un fenómeno humano riquísimo, implica también el riesgo de que en algún momento surjan problemas para los que es mejor estar preparados.


Conclusiones y recomendaciones:

Una relación de pareja saludable requiere compromiso, autoconocimiento y comunicación constante. No basta con el amor; es fundamental aprender a gestionar la ira, evitar agresiones verbales y enfrentar los conflictos con respeto y empatía. Hablar con sinceridad, escuchar sin juzgar, y no responsabilizar solo al otro son claves para una convivencia armoniosa. Las discusiones son inevitables, pero deben ser constructivas y nunca ofensivas.

Es esencial mantener metas comunes, combatir la rutina con creatividad, y fomentar un equilibrio entre el cuidado personal y el cuidado del vínculo. La comunicación debe abarcar todas las áreas: emocional, sexual, cotidiana. Además, la relación debe nutrirse de respeto, admiración, amistad y compañerismo.

La plenitud no se encuentra en lo intenso y efímero, sino en lo consciente y significativo. Reconocer las diferencias individuales y convivir con ellas desde el respeto mutuo es vital. En resumen, amar es un arte que se cultiva día a día con acciones, palabras y voluntad.


NOTA: SI DESEA QUE LA RELACIÓN PERDURE POR MUCHO TIEMPO “OBEDEZCA CON ALEGRIA” Y PARA QUE TENGA COSTUMBRES SIMILARES: “CASATE CON LA HIJA DE TU VECINO”.


PODCASTS

CLAVES PARA CONVIVIR EN PAREJA
El texto proporciona pautas exhaustivas para fomentar una convivencia de pareja saludable y duradera, reconociendo que las discusiones son una parte inevitable de la vida compartida. El material enfatiza la importancia de gestionar la ira y la comunicación respetuosa, sugiriendo evitar culpas, groserías y elevar el tono de voz para resolver conflictos de manera constructiva. Además de abordar las peleas, la fuente subraya que la relación requiere objetivos comunes, el combate activo contra la rutina, y un equilibrio en aspectos como la admiración, el respeto, el dar y recibir, y el mantenimiento de la amistad y compañerismo. Finalmente, se destaca que la plenitud no reside en experiencias intensas, sino en la conciencia y el significado, y que una relación sana se basa en el compromiso, el autoconocimiento y la comunicación continua en todos los niveles, incluyendo la sexualidad.

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