A veces la vida se siente como un mar agitado, pero
entonces llegas tú. Regálame tu risa, porque en ella encuentro la fuerza
para soñar. Con solo una caricia, me pierdo, pero es un perderme que me
llena de paz y armonía.
Eres la estrella que ilumina mis noches más
oscuras, la luz que pinta de colores mis mañanas. ¡Solo tú
tienes ese poder! Me devuelves el azul al cielo cuando parecía gris, y navego
entre las olas de tu voz, tan dulce y tan misteriosa.
Enseña tus
heridas, porque ahí está tu verdadera fortaleza. Deja que el mundo vea el secreto que guardas en tu voz,
porque en su honestidad hay una belleza única. Tus ojos son como destellos,
y tu garganta, un misterio que nunca quiero dejar de descubrir.
Eres la
razón por la que mi alma despierta, la chispa que enciende mis días. Tú, y solamente tú, haces que mi mundo brille como
nunca antes.
Subraya tu
nombre en el firmamento, porque si
los astros supieran cuánto iluminas, se morirían de celos.
Eres ese tú
que transforma todo,
que hace que lo cotidiano sea extraordinario, y que siempre será la razón de
este latido que llevo dentro.
Eres la
magia que despierta mi alma, una y otra vez.

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