5 REVELACIONES SORPRENDENTES SOBRE POR QUÉ PROCRASTINAS (Y CÓMO VENCERLO)

 

Introducción: El Misterio de la Inacción

¿Alguna vez te has parado a pensarlo? Sabes perfectamente qué, cómo y por qué tienes que hacer algo para mejorar tu vida... y, sin embargo, no lo haces. Hay una fuerza invisible que te frena, un obstáculo que se interpone entre tus aspiraciones más profundas y la acción necesaria para alcanzarlas.

No te equivoques: no es falta de voluntad ni de información. La respuesta es mucho más fascinante. Es una lucha de poder que se libra dentro de tu propio cerebro. Hoy vamos a destapar las verdades más contraintuitivas sobre tus excusas usando una potente metáfora que lo cambiará todo: la del jinete y el elefante. Prepárate para entender por qué tu mente te miente y, lo más importante, cómo vas a empezar a tomar las riendas.

Los 5 Descubrimientos Clave Sobre Tus Excusas

1. No eres uno, eres dos: Conoce a tu Jinete Racional y a tu Elefante Emocional

Para entender el origen de tus excusas, primero debes conocer la brillante metáfora del psicólogo Jonathan Haidt. Imagina que tu mente está compuesta por dos entidades que conviven: un jinete y un elefante.

• El Elefante: Es tu parte emocional, instintiva e intuitiva. Es colosal, increíblemente fuerte e impulsivo. Se guía por sentimientos y reacciona de forma visceral ante lo inesperado.

• El Jinete: Es tu parte racional y analítica. Es mucho más pequeño y débil. Es astuto y, sentado a lomos del animal, cree que tiene el control porque sujeta las riendas. Sin embargo, este control es precario y, en muchos casos, una completa ilusión.

• El Conflicto: El verdadero problema —y el origen de toda excusa— surge cuando el jinete y el elefante quieren ir en direcciones opuestas. Tu jinete quiere ir al gimnasio (la razón), pero tu elefante quiere quedarse en el sofá (la emoción). Se desata una lucha. Y debido a la diferencia abismal de fuerza, si el elefante se rebela, es casi seguro que ganará.

 

2. La triste verdad: Primero sientes, luego justificas

Este es el descubrimiento más impactante y difícil de aceptar: no tomamos decisiones racionales que luego sentimos. Ocurre exactamente al revés. Tu emoción (el elefante) toma una decisión impulsiva y, solo después, tu razón (el jinete) interviene para crear una narrativa lógica que la justifique. Ese proceso de justificación es, en esencia, una excusa.

 

"Cuando la emoción es tan poderosa que el individuo se ve sobrecargado por un mar de sentimientos afectivos y sensaciones desgarradoras recurre a la razón para excusar la decisión que las emociones se han tomado desde hace un buen rato de ahí procede la palabra excusa"

 

Piensa en cómo se manifiesta esto en tu vida:

• Para estudiar: Te sientes abatido y no quieres levantarte de la cama. Tu elefante ha decidido quedarse. Entonces, tu jinete interviene para justificarlo: "Habrá días de sobra para estudiar, aunque el examen sea en tres días".

• En las relaciones: Te sientes desamparado sin tu pareja. Tu elefante anhela su compañía. Entonces, tu jinete justifica darle otra oportunidad, "a pesar de que no te trata como la persona digna y noble que en realidad eres".

• Para emprender: Te sientes aterrorizado cuando piensas en lanzar tu proyecto. Tu elefante siente pánico. Entonces, tu jinete lo justifica: "Es mejor seguir formándose o esperar a que el ciclo económico mejore", a pesar de que las oportunidades perfectas no existen.

 

3. Saber no es poder: Por qué la información no es suficiente para cambiar

Es uno de los puntos más frustrantes de la experiencia humana. Ser consciente de algo no garantiza que actúes en consecuencia. Todos sabemos que el alcohol, el exceso de azúcar o la alta velocidad en carretera matan, pero miles de personas incurren en esos comportamientos a diario. Le estás dando un mapa a tu Jinete, pero es el Elefante quien decide si galopa o se queda quieto.

El conocimiento es una "condición necesaria pero no suficiente". Y esto, aunque frustrante, es increíblemente liberador. Significa que puedes dejar de culparte por no haber leído el libro correcto o encontrado el plan perfecto. El problema no es tu biblioteca, es tu habilidad para guiar al elefante. Aferrarte a tus excusas es la "kriptonita de tu cambio", el factor que aniquila tu progreso.

 

4. La única salida es la acción: Cómo entrenar a tu "Jinete"

La ciencia nos muestra que nuestro cerebro puede reaccionar a un estímulo de dos maneras muy diferentes. La clave para vencer la procrastinación está en entrenarte para pasar de una reacción a otra.

• Cerebro Tipo 1: Tras un impulso emocional inicial (miedo al ver algo que parece una serpiente), este cerebro consigue activar a los 800 milisegundos el neocórtex (la razón) para reevaluar la situación. La razón ("es solo un palo") no elimina el miedo, sino que crea una nueva emoción más adecuada —como la curiosidad o la tranquilidad— que desbanca a la primera.

• Cerebro Tipo 2: En apenas 200 milisegundos, el sistema límbico desata un "tsunami emocional". El individuo es secuestrado por el impulso y es incapaz de activar la razón para analizar la situación. En su lugar, la utiliza únicamente para justificar la reacción inicial (salir corriendo o quedarse paralizado).

La estrategia para fortalecer a tu jinete y pasar del Cerebro Tipo 2 al Tipo 1 es simple, pero no fácil: requiere un esfuerzo sublime para actuar a pesar de la emoción. Debes romper el patrón con acción directa e inmediata.

• Si tienes miedo de saltar de un trampolín, no pienses: salta.

• Si tienes estrés por el temario del examen, no pienses: estudia.

• Si sientes tristeza porque tu quinto proyecto ha fracasado, no pienses: continúa.

Poco a poco, con cada acción, el jinete tomará el mando y acaparará más poder.

 

5. Transforma tus excusas en tu motor de cambio

Esta es la idea final y la más poderosa de todas. En lugar de usar excusas para justificar la inacción, puedes reformularlas para crear un sentido de urgencia y una motivación imparable. Se trata de construir una vida no a pesar de las excusas, sino con las "excusas correctas".

 

La próxima vez que tu mente te ofrezca una justificación para no actuar, prueba a cambiarla por una de estas:

 

• EN LUGAR DE: "Es que no tengo tiempo..."

• PRUEBA CON: "Es que no tengo la paciencia de soportar una existencia miserable ni un segundo más."

 

• EN LUGAR DE: "Es que esperaré el momento perfecto..."

• PRUEBA CON: "Es que no tengo la intención de quedarme parado y esperar a que el cambio aparezca."

 

• EN LUGAR DE: "Es que no tengo ganas..."

• PRUEBA CON: "Es que no tengo la voluntad de auto consolarme para reforzar mi melancolía y letargo."

 

• EN LUGAR DE: "Es que tengo miedo de fallar otra vez..."

• PRUEBA CON: "Es que no tengo la osadía de autorizar de nuevo un comportamiento de perdedor."

 

Conclusión: ¿Quién Lleva las Riendas de tu Vida?

La batalla interna entre tu parte racional y tu parte emocional es real, pero no estás indefenso. El objetivo no es eliminar al elefante; las emociones son una parte fundamental de lo que somos. El objetivo es entrenar al jinete a través de la acción para que aprenda a guiar esa fuerza inmensa en la dirección correcta. El asunto no va de tener la razón, va de moverse. De actuar o no actuar. De cambiar o no cambiar.

 Así que la pregunta final es para ti:

¿Vas a tolerar que las emociones jueguen contigo o vas a jugar tú con ellas?

 

 

Reflexiones de un sacerdote católico 

La mente humana es un campo de batalla donde razón y emoción luchan por el control del alma. Pero recuerda: el Espíritu Santo no habla en la prisa ni en el miedo, sino en la serenidad del corazón que decide confiar. Muchas veces, no hacemos lo que debemos no porque no sepamos, sino porque el miedo ha tomado las riendas. Nos paraliza, nos susurra excusas, y nos convence de que “mañana” será mejor momento.

Sin embargo, Dios nos llama al ahora, al instante presente donde florece la gracia. La procrastinación no se vence con culpa, sino con fe activa. Cada pequeño paso que das, aunque tiemble tu corazón, es una victoria sobre la inercia espiritual.