SEÑALES DE QUE ALGUIEN ESTÁ A PUNTO DE MORIR

 

Disminución de la ingesta de alimentos y agua

A medida que el cuerpo se aproxima al final de la vida, la capacidad para comer y beber disminuye significativamente. La debilidad generalizada y la progresión de la enfermedad dificultan la deglución y la masticación. Además, la pérdida de apetito es común debido a cambios metabólicos y hormonales, lo que lleva a una reducción en la ingesta de alimentos.

 

Visiones: Hablar o ver a familiares muertos

Muchas personas reportan ver o hablar con familiares fallecidos en las semanas previas a la muerte. Estas visiones suelen ser reconfortantes y ocurren cuando la persona está alerta. Es común que el paciente sonría y afirme que un ser querido está allí para recibirlo, lo que puede traer tranquilidad tanto al paciente como a los presentes.

 

Aumento del sueño

Con el avance de la enfermedad, la persona necesita dormir más para conservar energía. En las últimas etapas de la vida, es común que el paciente pase la mayor parte del tiempo dormido y se vuelva inconsciente. Este aumento del sueño es una señal de que el cuerpo se está apagando.

 

El estertor de la muerte

Este sonido, similar a una gárgara, es causado por la acumulación de saliva y moco en la garganta y las vías respiratorias superiores. Ocurre cuando la persona está demasiado débil para toser y puede ser perturbador para los acompañantes. Es una señal de que la muerte puede ocurrir en horas o días.

 

Lucidez terminal

Algunas personas experimentan un aumento repentino de energía y lucidez poco antes de morir. Conocido como "repunte" o "oleada", este fenómeno puede ocurrir debido a un aumento de cortisol u otras hormonas. Aunque no se comprende completamente, es común en aproximadamente un tercio de los pacientes.

 

Cambios en la respiración

La respiración puede volverse irregular, con sonidos de gorjeo o ronquidos, y puede haber períodos largos entre respiraciones. Estos patrones respiratorios son indicativos de que la muerte está cerca y son observados cuidadosamente por los cuidadores y profesionales de la salud.

 

Alcanzar cosas o mirar a lo lejos

Es común que los pacientes fijen su mirada en una parte de la habitación o alcancen cosas en el aire. A veces conversan con alguien que no está presente, o muestran una gran sonrisa como si vieran algo placentero. Estos comportamientos son conocidos como la "mirada de la muerte" y suelen estar asociados con visiones al final de la vida.

 

Cambios en el color de la piel

La disminución de la circulación sanguínea hace que la piel adquiera un color grisáceo, púrpura o azulado, especialmente en las extremidades. Esto se debe a que la sangre se retira de la periferia del cuerpo hacia los órganos vitales, haciendo que la piel se vuelva más fría al tacto.

 

El alcance de la muerte

Algunos pacientes extienden la mano en el aire, como si estuvieran viendo o alcanzando a alguien. Este gesto puede durar mucho tiempo y es una señal de que el paciente está experimentando visiones o fenómenos espirituales.

 

Confusión o desorientación intermitente

Los pacientes gravemente enfermos pueden experimentar estados de confusión debido a efectos secundarios de medicamentos, infecciones, desequilibrios bioquímicos o cambios en las condiciones de vida. La orientación y tranquilización del individuo, así como el cuidado constante, pueden aliviar estos episodios.

 

“Nuestros cuerpos están hechos para morir, saben cómo hacerlo. Cuanto más podemos entender eso, aceptarlo y prepararnos para nuestra muerte, mejor viviremos y moriremos más pacíficamente”.

 

REFLEXIONES DE UN SACERDOTE CATOLICO

Desde la perspectiva de la fe católica, las señales que anuncian la proximidad de la muerte son más que simples indicadores físicos. Representan un momento de profunda transformación espiritual y un encuentro íntimo con lo divino.

Estas señales, como la disminución de los sentidos, las visiones y el desapego del mundo material, son vistas como una preparación para el encuentro final con Dios. Son como las últimas hojas que caen de un árbol antes de que este entre en un período de descanso invernal, esperando una nueva primavera. La Iglesia nos invita a acompañar a quienes se encuentran en este momento con amor, oración y esperanza, recordándoles la promesa de la vida eterna. La muerte, lejos de ser un final, es una transición hacia una realidad más plena y feliz.