Buscar a un sabio que encarne cualidades como la bondad, la espiritualidad, la coherencia y la humildad es como descubrir un faro en medio de la oscuridad. Pero encontrar uno cuya prioridad no sea el dinero es hallar un tesoro invaluable en un mundo donde a menudo el valor se mide en términos materiales.
Un sabio así trasciende la búsqueda de riquezas materiales para enfocarse en la verdadera riqueza del espíritu y la sabiduría. Su generosidad no está ligada a lo que posee, sino a lo que puede ofrecer desde su conocimiento y experiencia.
La sabiduría que comparte es una guía para el alma, nutriendo y enriqueciendo a aquellos que buscan aprender de él. Su amor es palpable, irradiando comprensión, empatía y compasión hacia todos los seres, sin distinción ni juicio.
Su espiritualidad se refleja en cada acción, en cada palabra, creando un entorno de paz y serenidad a su alrededor. No juzga desde una posición de superioridad, sino que comparte desde la igualdad y el entendimiento mutuo.
La coherencia es su estandarte; vive de acuerdo con sus principios y valores, siendo un ejemplo vivo de integridad y autenticidad. No busca impresionar con palabras grandilocuentes, sino que sus acciones hablan por sí solas.
Y su humildad es su mayor virtud. No se enorgullece de sus logros, sino que reconoce su humanidad y la oportunidad de aprender y crecer continuamente.
Encontrar un sabio así es un regalo que trasciende el valor material. Su presencia es un recordatorio constante de que la verdadera riqueza yace en la profundidad del conocimiento, la compasión, la integridad y la entrega desinteresada a los demás.
Aquí hay algunos consejos para encontrar un sabio:
- Pregúntale a tus amigos y familiares. Si conoces a alguien que sea sabio, pídele que te recomiende a alguien más.
- Busca en línea. Hay muchas organizaciones que ofrecen servicios de asesoramiento y mentoría.
- Ofrécete como voluntario. Trabajar con otros puede ayudarte a encontrar personas sabias que están dispuestas a compartir su conocimiento y experiencia.
No importa cómo lo encuentres, cuando encuentres a un sabio, sé agradecido por su presencia en tu vida.
REFLEXION
El
ser humano corriente se acomoda a la moda sin importar cuán benéfica o
perniciosa sea para su vida.
Pues bien, dos modas actuales son certificarse como
entrenador personal o coach, o buscar a uno “certificado” para mejorar.
Por
lo mismo hay millares de entrenadores en oferta y buen número de ellos están
peor que aquel que los busca en su desespero o su caos.
Es que abundan las certificaciones express y/o sin
exigencia ya que dar ese “título” es un negocio super rentable.
Como decirlo en inglés eleva el status se llaman coaches,
y cobran caro mientras muchos carecen de coherencia, fondo y experiencia. No
todos.
Y
como la orientación sicológica suele ser solo verbal, entonces la gente dice:
“mejor voy donde un coach que me hace ejercicios”.
Si vas busca
un sabio guía con cinco atributos: amoroso, espiritual, coherente, humilde y
cuya prioridad no sea el dinero. No perfecto, pero averigua antes de ir.
En pocos años el Coaching dará espacio a otra moda con
nombre en francés (conseiller) o alemán (orienteur). Y habrá buenos, malos y
pésimos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios