Viktor
Emil Frankl (n. 26 de marzo de 1905, Viena, Austria - 2 de septiembre de
1997, íd.) fue un
neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió
desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos
Auschwitz y Dachau. A partir
de esa experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido.
Su
obra es un estudio que se enfoca a encontrar cómo era afectada la mente de los
individuos prisioneros en los campos de concentración nazi.
Ellos al pasar por situaciones tan adversas, como lo era
el choque constante de las atrocidades cometidas en los campos de
concentración; la lucha
por la supervivencia entre estos hombres; el miedo a los horrores de exterminio
que amenazaban con terminar la vida de cualquiera y la pérdida de condición
humana.
Frankl, define tres fases en las reacciones mentales de
los prisioneros; la fase que sigue a su internamiento, la vida en el campo de
concentración y la fase después de su liberación.
Primera fase: Internamiento en el campo
El
libro comienza relatando el horror de los prisioneros mientras son
transportados en tren al campo de concentración. Tras eso fueron
conducidos a unas filas donde un hombre elegía que camino debían tomar, el de
la izquierda (a la cámara de gas) o a la derecha (trabajos forzados). El protagonista fue llevado a
los trabajos forzados, pero antes pasando por la sala de desinfección, donde
perdió todas sus joyas y fueron desnudados, por lo que tenían su
existencia desnuda en el sentido literal de la palabra y posteriormente
duchados. Tras un tiempo, iban
perdiendo la ilusión pero intentaban bromear con un humor macabro,
además del humor, también tenían curiosidad por lo que les pasaría, algunos
hombres tomaban la decisión de suicidarse lanzándose contra la alambrada
electrificada, puesto que no sabían lo que les deparaba el futuro.
Segunda Fase: La vida en el campo
En
esta fase los prisioneros cambian a una fase de muerte emocional en la que el
prisionero sentía tortura por añorar a su familia y su casa, además de la
fealdad de todo lo que le rodeaba. Además, el prisionero se rodeaba de un caparazón por su
insensibilidad. Lo que mas les dolía a los prisioneros era la agonía mental causada por la
injusticia y lo irracional de aquello. Sobre sus comidas, los prisioneros recibían una
ración de sopa aguada y un pedazo de pan y una entrega extra, además,
debido a la desnutrición, perdían
su deseo sexual.
El protagonista relata, que en el campo de concentración,
todos sufrían una
“hibernación cultural” con excepción de la política y la religión. Casi siempre
debatían sobre política, creyendo que la guerra acabaría pronto, aunque había
algunos prisioneros que se mostraban reacios a creerlo. También se plantea que cuando todo se ha perdido,
el amor es la meta última y más alta del hombre, por lo que su salvación está
en él.
El protagonista comprende como la felicidad puede existir con solo ver a
un ser querido. En definitiva, se aferra a la imagen de su amada y es lo que le ayuda a
seguir luchando. También la intensificación de la vida interior ayudaba
al prisionero a refugiarse contra el vacío, la desolación y la pobreza espiritual de su
existencia, devolviéndole a su existencia anterior.
El
arte también es muy importante dentro del campo de concentración ya que
se aprecia más en contraste con lo horroroso del campo. La irritabilidad se
hace patente debido a la falta de sueño, cafeína y nicotina.
Para finalizar esta etapa en la psicología del
prisionero, el capítulo analiza el perfil psicológico de los guardias. En general eran sádicos.
También se destaca que algunos de ellos diferían de esta clasificación siendo personas compasivas.
Esta característica de polaridad que se presentaba deja la conclusión que el ser humano es el ser que
decide quien ser.
Tercera fase: Después de la liberación
Al
ser liberados los prisioneros atravesaron un estado llamado “despersonalización”
ya que el hecho de ser libres les parecía no real. Tanta añoranza por
ser libres y sufrir desilusiones que temían que esta vez fuera así de vuelta. Los prisioneros ya habían
perdido la capacidad de ser felices. Los prisioneros también sentían una gran necesidad de
hablar.
FRASES Y REFLEXIONES
- El amor a sí mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia.
- El amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre.
- El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo íntimo.
- El dolor hace al hombre lúcido y al mundo transparente. El dolor abre perspectivas hasta el fondo.
- El hombre debe encontrar una razón para vivir, incluso en las condiciones más extremas de sufrimiento, basado en su dimensión espiritual.
- El hombre no necesita realmente vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta o una misión que le merezca la pena.
- El hombre no se limita a existir, sino que decide cómo será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente.
- El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida.
- El hombre ya no sabe ni siquiera lo que le gustaría hacer. En su lugar, desea hacer lo que las otras personas hacen (conformismo) o hace lo que las otras personas quieren que haga.
- El modo como un hombre acepta su destino y todos los sufrimientos que comporta, el modo como acepta su cruz le da la oportunidad, incluso en las circunstancias más difíciles, de proporcionarle un profundo significado a su vida.
- El realismo nos avisa de que el sufrimiento es una parte consustancial de la vida, como el destino y la muerte. Sin ellos, la existencia quedaría incompleta.
- El sentimiento que se convierte en sufrimiento, deja de serlo en cuanto nos formamos una idea clara y precisa del mismo.
- Hay cosas que te deben hacer perder la razón, a no ser que no tengas ninguna razón que perder.
- He encontrado el sentido de mi vida ayudando a los demás a encontrar en sus vidas un significado.
- La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro.
- La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.
- La mejor manera de conseguir la realización personal es dedicarse a metas desinteresadas.
- La muerte solo puede causar pavor a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado para vivir.
- La salvación del hombre sólo es posible en el amor y a través del amor
- La última de las libertades humanas: La elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino.
- La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste.
- La vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia , aún en situaciones límite.
- Nadie tiene derecho a cometer injusticia, ni siquiera aquél que fue tratado injustamente.
- No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida
- Quienes vivimos en los campos de concentración podemos recordar a hombres que caminaban por los barrancones reconfortando a los demás, desprendiéndose de su último mendrugo de pan. Talvez fueron pocos numéricamente, pero dieron pruebas suficientes de que a un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.
- Siempre le pedimos algo a la vida pero nunca nos detenemos a preguntarle a la vida que nos pide ella a nosotros.
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