A veces damos todo de nosotros, sin reservas,
creyendo que ese amor va a ser suficiente para mantener a alguien a nuestro
lado. Yo siempre te di lo mejor de mí, cada día, cada abrazo, cada palabra. Pero
hoy te vas, volando de mi vida, dejando una herida que no merecí, y no puedo
evitar preguntarme qué error cometí.
Quizá nunca pude amarte como soñaste, como esos
amores que te habían dado todo antes de mí. Tal vez, por más que intenté, nunca logré
estar a la altura de lo que esperabas. Pero lo que me duele, lo que
realmente me parte en dos, es
pensar que tal vez cuando te amaba con todo mi ser, tú no sentías nada.
Es difícil aceptar que este adiós no tiene
justificación. ¿Cómo puede terminar algo cuando di lo mejor de mí? Tal vez, y
solo tal vez, mi amor no
fue suficiente para ti. Y aunque nunca lo aceptes, aunque nunca lo digas
en voz alta, sabes que
siempre te quise con toda mi alma.
Si este es el final, si esta es nuestra despedida, me quedaré con la certeza de
que, aunque dolido, di lo mejor que tenía. Y aunque no entienda por qué,
aunque mi corazón siga buscando una explicación, tengo que dejarte ir. Porque
no hay más que hacer cuando alguien decide volar lejos, incluso si lo has dado
todo.
Aunque duele, aunque nos hace sentir que no fuimos suficientes, debemos
aceptar que la vida sigue. ¿Quién más ha sentido este dolor?
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