La
felicidad verdadera no depende de lo que está fuera de ti, sino de lo que
sucede dentro de ti.
Depende de estar en paz con tu conciencia, de
amar en el ahora y de servir sin condiciones.
Hay personas ricas y deprimidas, y también
hay personas pobres en dinero y ricas en alegría y paz interior.
Y es
que el sentido de la vida no está en poseer o dominar, está en llenar cada
segundo y cada espacio de amor.
Jesús
dijo que la única religión era el amor y que el
amor es el único camino a la felicidad.
Para él los bienaventurados o los felices son los artífices de
paz, los humildes y los seres compasivos.
Lee su Sermón de la montaña en Lucas 6 y
podrás seguir el mismo camino que él recorrió.
Debes conquistar tu sueño y silenciar a los
escépticos.
No
seas esclavo de creencias paralizantes, confía en ti y da la vida por tus
sueños.
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