A veces la vida te lleva a esos momentos en los que
todo parece estar perdido. Hundida en la soledad, con un vacío tan grande que
nada lograba llenarlo. Intenté de todo, te busqué en cada rincón, en cada
suspiro. Pero nada parecía funcionar, y mi corazón, ya agotado de tanto
buscar, seguía llorando en silencio.
Era como si la esperanza se hubiera apagado. Estaba
desesperada, agotada de cargar con ese vacío que me consumía por dentro. Y justo
cuando pensé que ya no había salida, cuando alcé el rostro para encontrar una última pizca de fuerza,
apareciste tú.
Llegaste tú, y de repente, todo cambió. Fue como si
la luz hubiera entrado en mi vida otra vez. La esperanza, esa que creí haber perdido, volvió a
brillar. Y lo mejor de todo es que, contigo, volví a nacer.
No hay palabras suficientes para explicar lo que
sentí cuando llegaste. Llenaste ese vacío que me estaba consumiendo, le diste
sentido a todo lo que había vivido hasta ese momento. Porque, aunque no lo sabía, eras
tú lo que mi corazón necesitaba.
Llegaste tú, y con tu presencia, mi vida cambió por
completo. Me mostraste que incluso en los momentos más oscuros, siempre puede
haber una oportunidad para renacer. Y gracias a ti, hoy puedo decir que la
esperanza triunfó... y que volví a nacer.
¿Quién es esa persona que ha cambiado
tu vida para siempre? ¿Quién es ese amor que ha iluminado tu oscuridad?
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