A veces, la
vida nos hace sentir como si estuviéramos girando en el mismo lugar, cansados
de andar sin rumbo claro. Pero, ¿sabes algo? Las ventanas siempre se pueden abrir. Todo puede cambiar si nos
atrevemos a hacerlo. El aire nuevo está ahí, solo esperando que lo dejemos
entrar.
Y sí, es difícil empezar de nuevo,
sobre todo cuando ya hemos fallado una, dos o mil veces. Pero vale la
pena intentarlo una vez más. Porque cada paso que damos nos
acerca un poco más a lo que parece imposible. Lo imposible solo es
una barrera mental, y esa tristeza que parece no irse jamás, un día se va.
Pintémonos
la cara con color esperanza, porque eso es lo que necesitamos: esperanza. Quitarnos los miedos, sacarlos afuera y lanzarnos a lo que venga, con
el corazón por delante. No importa si fallamos, no importa si
tropezamos, lo que realmente importa es que no nos rindamos.
Tentar al
futuro no es para los que temen, sino para los que sueñan. Y créeme, vale más brillar, aunque sea por un segundo, que pasar la vida buscando
solo ver el sol desde lejos.
Así que,
¿por qué no empezar hoy? Sabes que se puede. Sabes que puedes lograrlo.
¡Píntate la cara de esperanza y lánzate con todo lo que tienes!
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