Bien
dice un proverbio chino: Dame
un pez y cenaré esta noche, enséñame a pescar y cenaré siempre.
Dar limosnas en la calle solo sirve
para inflar el ego, anestesiar la consciencia y mantener al “pobre” real o que finge
como está.
Hay
personas que necesitan y otros que pueden trabajar en algo, pero prefieren vivir de las
“ayudas”.
Y esta
palabra va entre comillas porque en realidad no suele ser una ayuda sino un modo de hacer daño.
Se lo
he oído a varios gamines rehabilitados: “Si a uno le dan plata sigue en la calle y no se supera”.
La
verdadera ayuda se hace
apoyando instituciones sociales serias, no con limosnas que nada
cambian.
Puede
que esto suene duro, pero
elige no dar limosnas sin sentirte culpable. No des el pescado.
Ayudar
no es fácil porque la
mayoría de las veces es dárselas de bueno; es complicidad o alcahuetería.
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