Los cuidados de los pies no se debe
pasar por alto pues sufren un grandísimo desgaste diario además de estar casi
siempre por desgracia muy tapados.
Grandes olvidados de las rutinas de
belleza, pues rara vez pasan factura, los pies merecen atención. De hecho, los cuidados de los
pies atañe tanto a las mujeres como a los hombres, porque la diferencia entre
la imagen integral de quien los cuida y quien no, habla por sí sola, sobre todo
en verano.
Ahora
bien, pies que destaquen por su pulcra apariencia no son lujo exclusivo de
quienes disponen del día entero para hacerse una pedicura.
Uno de los cuidados de los pies a
realizar una vez a la semana, un buen baño de pies, sumerge los pies en agua
caliente con sal para relajarlos, o mejor todavía, alterna los baños de agua
fría, durante un minuto, con los de agua caliente, dos minutos, así lograrás
estimular la circulación sanguínea. Si añades al agua unas gotas de aceite de limón y
hierbabuena, esto le dará muy buen olor a tus pies, es el mejor desodorante
natural. Y después del baño, aprovecha para limar con cuidado todas las
callosidades con la piedra pómez.
Para
hacer esta tarea fácil y placentera existen centros especializados en
tratamientos para manos y pies que atienden a la clientela por previa cita y
ofrecen una amplia gama de tratamientos para cada necesidad, de modo de
satisfacer al público sin hacerle perder tiempo.
Los
procedimientos básicos para los cuidados de los pies es una pedicura que
implica, limar las uñas, eliminar durezas en torno a los dedos, reducir el
exceso de cutícula, pulir las uñas, adicionalmente se liman las callosidades y
durezas de la piel.
En los
salones especializados en este tipo de cuidados de los pies, además de la
manicura y pedicura básicas, ofrecen tratamientos especiales con los que se
exfolia la piel con unas cremas granuladas para así retirar las células muertas
acumuladas y devolver la apariencia saludable a la piel. Luego se aplican sales
marinas con la finalidad de refrescar la zona, para continuar con las sesiones
de hidratación y masajes con cremas y aceites ricos en colágeno, procesos que
resultan una merecida recompensa para nuestros pies.
Uno de
los tratamientos especiales más agradables y reconfortantes es el baño de
parafina (válido para manos y pies) Durante este tratamiento se sumergen los
miembros en parafina caliente, se envuelven en plástico, se les colocan unas
toallas calientes y finalmente se meten en unas botas o guantes que mantienen
el calor durante unos 25 minutos. Con esta terapia se logran unos resultados
sorprendentes, hasta en pieles muy deterioradas.
Sin
duda, con todas estas opciones la rutina para los cuidados de los pies es por
demás cómoda y duradera, lo que asegura una apariencia impecable sin demasiados
sacrificios.
El mejor ejercicio es andar descalzo,
sobre todo por la arena de la playa, ya que caminar en la arena mojada junto a las olas es un
magnífico masaje para los pies. Si la playa no está demasiado cerca, se puede
sustituir por el suelo de casa o el césped, aunque el efecto no es el mismo.
Otros ejercicios recomendados los
cuidados de los pies son: andar de puntillas, saltar a la comba, intentar coger
objetos con los pies y hacer rotaciones de tobillo. También es muy bueno hacer rodar una
pelota de tenis bajo los pies, desde la punta de los dedos hasta el talón.
Los masajes son muy importantes a tener
en cuenta los cuidados de los pies. Masajear los pies todas las noches evita la
formación de durezas y es muy relajante. Para conseguir una mayor efectividad se recomienda
utilizar una crema hidratante de cuerpo o manos o un aceite aromático. Los
masajes consisten en estirar los dedos y realizar movimientos verticales de
delante hacia atrás para agilizarlos.
Sujetando el pie con las dos manos,
coloque los pulgares sobre la parte carnosa del pie y describa movimientos
circulares. Baje los dedos de los pies y levántelos articulación por
articulación.
Después describa círculos con el dedo grande del pie en un sentido y luego en
otro.
Por último se masajean los pies desde
los dedos hacia el talón, subiendo en dirección hacia la pantorrilla. En caso
de encontrar un punto doloroso, se debe insistir en esa zona hasta que
desaparezca el dolor.
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