Para saber perdonar necesitamos:
Evitar "interpretar" las actitudes.
No hacer juicios sin antes de preguntarnos el "por qué" nos sentimos agredidos (así encontraremos la causa: imaginación, susceptibilidad, egoísmo).
Si el malentendido surgió en nuestro interior solamente, no hay porque seguir lastimándonos: no hay que perdonar. Lamentamos bastante cuando descubrimos que no había motivo de disgusto... entonces nosotros debemos pedir perdón.
Si efectivamente hubo una causa real o no tenemos claro qué ocurrió:
Tener disposición para aclarar o arreglar la situación.
Pensar la manera de llegar a una solución.
Buscar el momento más adecuado para platicarlo con calma y tranquilidad, sobre todo de nuestra parte.
Evitar "interpretar" las actitudes.
No hacer juicios sin antes de preguntarnos el "por qué" nos sentimos agredidos (así encontraremos la causa: imaginación, susceptibilidad, egoísmo).
Si el malentendido surgió en nuestro interior solamente, no hay porque seguir lastimándonos: no hay que perdonar. Lamentamos bastante cuando descubrimos que no había motivo de disgusto... entonces nosotros debemos pedir perdón.
Si efectivamente hubo una causa real o no tenemos claro qué ocurrió:
Tener disposición para aclarar o arreglar la situación.
Pensar la manera de llegar a una solución.
Buscar el momento más adecuado para platicarlo con calma y tranquilidad, sobre todo de nuestra parte.
Escuchar con paciencia, buscando comprender los motivos que hubo.
Exponer nuestras razones y llegar a un acuerdo.
Olvidar en incidente y seguir como si nada hubiera pasado.
Perdonar es más sencillo de lo que parece, todo está en buscar la forma de mantener una convivencia sana, de la importancia que le damos a los demás como personas y de no dejarnos llevar por los sentimientos negativos.
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