Las
dificultades que siento con mis órganos genitales me manifiestan un miedo, o
una culpabilidad, vergüenza, desconfianza, pesares, ira, con relación a mi
sexualidad. Esta área está vinculada a mis gónadas (los testículos en el
hombre, los ovarios en la mujer) y la energía sexual vinculada a la sexualidad
es muy poderosa ya que tiene por primer objetivo perpetuar la especie. Sin
embargo, puede que use esta energía con malas intenciones. La noción de placer
vinculada a la sexualidad me pone en contacto con una de mis necesidades
fundamentales, el placer, y me conecta con mi niña interior herida.
Así, mi sexualidad puede llevarme a poner en evidencia
estos miedos, estas heridas, estos rechazos que forman parte de mí. Puedo no
aceptarme en el cuerpo (sexo) que soy, puede que viva un conflicto interior entre mis deseos físicos y los
de orden religioso o espiritual; si me da miedo decir “no” y si tengo
relaciones sexuales para evitar estar rechazado, miedo a perder el amor de una
persona, sólo con un objetivo egoísta.
Existe una confusión o un conflicto interior, una
dificultad en la comunicación y el compartir. Además, si mis padres deseaban a
un niño y soy un niña o viceversa (o bien que a mí – mismo, me hubiese gustado
más ser del otro sexo), esto me puede conducir a vivir problemas genitales
porque rechazo una parte de mi sexualidad y puede que me sienta culpable de ser
quien soy.
Debo
quitar toda culpabilidad para que mi sexualidad se vuelva la expresión de mis
cualidades amantes y de la atención que llevo a los demás. Es importante que el
amor sea presente en mis experiencias sexuales y también cada vez que me mire
en un espejo para aceptarme cada vez más tal como soy.
Una
zona muy importante de contacto y relación en las mujeres, la vagina. Es
de origen ectodérmico, así como el cuello del útero. Estamos en la noción de:
“no estoy en contacto con el ser querido”. No es el niño, es la pareja: “no
estoy en contacto con mi pareja”. Cuando de repente estoy en contacto, algo se
está reparando, y se puede reparar con el papiloma virus. Se dice hoy en día, que este
papiloma virus es el origen del cáncer del cuello del útero.
Vagina
Conflicto:
Conflicto de separación. Vivido en femenino. Frustración sexual durante el
acto. Aguantar la intromisión de la familia del otro.
Resentir: “No estoy en contacto con el ser querido”. “No
estoy en contacto con mi pareja”. “Dejo entrar la familia del otro que son unos
…”
Sequedad vaginal: El deseo sexual es vivido con
culpabilidad: “No debo atraer al macho”. El placer es prohibido mientras que, biológicamente es
una necesidad vital. Rechazo a la penetración: Porque, por ejemplo,
queremos castigar a la pareja.
Labios
mayores: Conflicto de relación sexual forzada. Picores y hongos en fase
de curación. Se siente manipulada, no valorada. No darse el derecho de las
relaciones sexuales.
Úlcera
carcinomatosa: En mujer diestra (o mujer zurda sólo posible en caso de
constelación esquizofrénica, alteración hormonal, menopausia o amenorrea):
Conflicto sexual de verse privado de la copulación (hombres afeminados) y
conflicto de territorio (mujer zurda postmenopáusica). Conflicto de no poder,
no deber llegar a la consumación del acto sexual. Representa la vulnerabilidad.
Picores
vaginales: Vinculados a la sexualidad de la mujer y al principio
femenino. Si tengo picor, algo me preocupa en lo que a mis relaciones sexuales
se refiere, mi pareja me hace perder la paciencia, quiero más contacto o menos.
Igual como lo haría para el caso de irritaciones ordinarias, me pregunto lo que
me irrita, me pica y me molesta. Cuando aparecen los picores, encuentro la causa y aprendo a comunicar,
a dialogar con el corazón abierto para expresar lo que siento.
La
mayoría de los problemas en la vagina se relacionan con la vida sexual de la
mujer porque le impiden principalmente tener relaciones sexuales. Le
indican que desea tener una vida sexual más satisfactoria, pero que se necesita
revisar su percepción de la sexualidad. Se siente utilizada, sexualmente manipulada y no
valorada. El enojo que esta mujer siente es consecuencia de no darse el
derecho de no desear las relaciones sexuales.
Tu
cuerpo te dice que lo que aprendiste o decidiste con respecto a la sexualidad
no te beneficia; quizá lo haya hecho en un momento determinado, pero ya no.
Es posible que, por ser una mujer dominante, se aprovechen de ti cuando no eres
tú quien decide en el momento de las relaciones sexuales. En lugar de creer que abusan de
ti y de tu cuerpo, este último preferiría que te sintieras deseada. Si te
sientes manipulada, reconoce que también tú manipulas en otras áreas y que tus
intenciones, como las de tu pareja, no son malas. Si tu vida sexual es
insatisfactoria a causa de un abuso sexual en tu niñez, tu cuerpo te dice que
no te hace bien bloquearte, porque de ese modo sigues viviendo los miedos del
pasado. El proceso del
perdón es el medio más rápido y eficaz para liberarse de los acontecimientos
vividos.
Vaginismo
y Frigidez
Conflicto:
Miedo. Negación del placer. Creer que la sexualidad es mala. Parejas
sexuales insensibles. Temor al padre (figura paterna, podría ser incluso Dios).
La penetración es la
representación de un cuerpo extraño que invade.
Resentir: “Me siento invadida por el otro”
Nuevo modelo mental: Estoy a salvo cuando disfruto de mi
propio cuerpo. Me alegro de ser mujer.
La
frigidez es el término médico que se utiliza para indicar la ausencia de placer
en la mujer durante las relaciones sexuales. No debe confundirse con el
término anorgasmia, que representa la ausencia de orgasmo, pero no de placer
sexual.
La
mujer que sufre frigidez es aquella que, desde la niñez, decide evitar el
placer, sea del tipo que sea. En general, es una persona de carácter
rígido que busca evitar todo sentimiento. Tiene un miedo inconsciente a ser cálida. Por otro lado,
esta persona tiene gran necesidad de vivir una vida sexual normal, quizás
todavía más que la mayoría de las mujeres. El gran control que ejerce
sobre sí misma en el aspecto sexual la llevará a perder el control en otro
ámbito.
Es probable que creas que el placer es sinónimo de pecado, de mal y de incorrecto.
Estas creencias deben ser muy fuertes para que hayas logrado controlarte de
este modo. Sin embargo, es importante que te des cuenta de que cada ser humano tiene sus
límites y que, cuando alcances los tuyos, perderás el control. Si no es
en el sexo, ocurrirá en otra cosa: el alcohol, la comida, las lágrimas, las
crisis incontroladas, el cuerpo que tiembla…
El
hecho de no experimentar placer sexual te castiga mucho más que a tu compañero.
Date permiso de ser la
persona cálida que tu corazón desea. Eres como una bomba a punto de
explotar. Concédete el
derecho de sentir placer, será un renacimiento para ti, una nueva vida.
Generalmente, hay un traumatismo profundo o un conflicto
interior. El miedo está en
el centro de este estado: miedo de mis impulsos sexuales y del placer que
podrían hacerme parecer “indecente”, miedo de abandonarme y de perder el
control. Tengo miedo de “perder algo” “sometiéndome a la sexualidad. En
realidad, se trata del miedo a afrontar lo que escondo en el interior mío.
Cuando está presente este miedo, frecuentemente creo que soy fea y sin valor.
Tengo vergüenza y me culpabilizo profundamente. Esto frecuentemente resulta de un abuso sexual vivido en
la infancia, o del acondicionamiento de los padres diciendo que “el sexo es
malo” o de la creencia que “amor y sexo no van juntos”.
Estas percepciones pueden estar escondidas en el
inconsciente, deseo retirarme de toda participación, rechazar la sexualidad sin
saber por qué de un modo consciente. La educación que recibí tiene un gran
impacto sobre mi frigidez. ¿Estaba considerada la sexualidad envilecedora y
representativa de los instintos más bajos del ser humano? ¿Oí hablar de resignación
y sumisión frente a las relaciones sexuales, con el sobreentendido de que no
había ningún placer? ¿Abusaron de mí sexualmente en mi infancia? Si es así,
rechazo inconscientemente
mi sexualidad y siento dificultad en dejarme tocar sin sentir miedo y asco.
Tomo
consciencia de que no hay nada indecente en la sexualidad. Al contrario,
cuando está expresada entre parejas consintientes que viven una relación de aceptación y de
profundo amor, es bella y sana. Acepto abrirme a mi pareja, expresarle mis miedos, mis
temores. Acepto
decirle mis necesidades. Comprendo que la sexualidad forma parte de mi
dimensión física y que es una fuente de desarrollo para mi evolución.
Anorgasmia
La
definición que sigue se relaciona con la persona que, durante una relación sexual,
no logra llegar al orgasmo, el grado más alto de placer sexual.
Resentir:
“Tengo miedo de perder el control” Si me abandonan las sensaciones de
placer estoy en peligro. El orgasmo es como el sueño a medida que más se busca menos se encuentra.
En algunos casos se puede observar un conflicto de vergüenza, por ejemplo
cuando se requiere del alcohol u otras drogas para poder sentir y mantener la
relación sexual.
Como
el orgasmo representa la apertura de todos los centros de energía del cuerpo
(los chakras), la persona que sufre este bloqueo utiliza la ausencia de orgasmo
para rechazar lo que proviene del otro. No se abre al regalo de la otra persona. Tiene dificultad
para aceptar lo que proviene del sexo opuesto. Prefiere controlarse en lugar de abandonarse y
gozar su presencia. En general, es una persona dominante. Por otro lado, puesto que el
orgasmo físico es sinónimo de placer, a esta persona le resulta difícil
autorizarse placeres en su vida cotidiana sin sentirse culpable.
Si crees castigar al otro bloqueando tu orgasmo sigues el
camino equivocado pues eres tú quien se castiga. El orgasmo es el medio por excelencia para fusionarse con
el sexo opuesto y, por lo tanto, para abrirte a la fusión interna de tus
principios femenino y masculino. Además, una relación sexual es una
experiencia muy energizante cuando se vive el amor y en el don de sí misma. El orgasmo físico existe para
recordarte la gran fusión del alma y el espíritu a la que todos aspiramos.
Aprende
a amarte más y acepta la idea de que mereces tener placeres en tu vida. Es tu responsabilidad crearte
una vida agradable. Los demás no pueden darte lo que no puedes darte tú
mismo (ley espiritual de causa y efecto). Te ayudaría aprender a relajarte, a abandonarte más, en
lugar de creer que, si no controlas, los demás te van a controlar.
Ausencia
de Deseo
Resentir:
Conflicto de asco. Ejemplo: Me molesta la imagen de mi cuerpo. Sentir
culpabilidad al realizar el acto sexual. Culpabilidad por abortos (Observar el
árbol Transgeneracional). La
representación de que una mujer es una puta produce a menudo un bloqueo sexual.
Los dolores femeninos me indican que siento dificultades
en aceptar ser mujer. Ni siquiera sé cómo expresar mi feminidad. Tengo miedo de
someterme. Sin embargo, crecí en el entorno de mujeres que debían ser
“fuertes”, tomar decisiones… De hecho, llevaban los pantalones (se dice la
persona que dirige o posee la autoridad, por ejemplo en el hogar. Así, cuando
es la mujer que lleve los pantalones en el hogar, esto significa que es ella la
que dirige y toma las principales decisiones en el hogar). ¿Viví en un entorno
en que las mujeres estaban sometidas y habían abdicado su propia personalidad? Tomo consciencia que debido a la
educación que recibí, desarrollé mucho más mi lado masculino o bien me
comprometí a ser lo contrario de la sumisión y ser yo misma asumiendo mi lado
masculino en detrimento de mi feminidad.
sexualidad
Acepto
ser mujer porque como mujer, soy entera y expreso mis sentimientos. Puedo ser
fuerte y saber dar dulzura, amor, comprensión, etc. Cada mujer tiene su modo bien
propio de expresar su feminidad, debo yo elegir la mía. Comprenderé a qué punto
soy feliz de ser mujer.
Vaginitis
Es
una infección de la vagina (similar a la cándida o a hongos) con olores
desagradables.
Conflicto:
Cólera, ira no expresada. Enfado contra la pareja. Culpa sexual. Autocastigo.
Nuevo modelo mental: Los demás reflejan el amor que me
tengo y mi auto-aprobación. Disfruto
con mi sexualidad.
En la mayoría de casos, demuestra que alimento
frustración hacía mi pareja sexual o también que vivo culpabilidad. Si uso el sexo para ejercer un
poder o un control sobre mi cónyuge, es posible que conozca regularmente problemas de vaginitis. Ésta
puede ser la excusa ideal para no hacer el amor y así, castigar a mi cónyuge privándole de sexo.
La intimidad que engendra una relación sexual puede desencadenar varios
sentimientos vinculados a la memoria o al miedo: miedo de sentirme incomprendida o herida otra vez.
Además, la emisión de olores desagradables permite liberar emociones negativas, penas y angustias
acumuladas, las cuales están profundamente hundidas en el mismo tejido
vaginal. La vagina es el
lugar de donde emergen todos mis sentimientos referente a la sexualidad:
si éstos son positivos, viviré placer sexual. Al contrario, una infección
aparece si vivo culpabilidad, miedos, vergüenza, conflictos, confusión, así
como mis recuerdos de experiencias abusivas o si quiero auto – castigarme.
Me
quedo abierta para vivir una sexualidad armoniosa. Esto forma parte de la vida
y de la felicidad a la cual tengo derecho.
Candidiasis
Las
candidiasis son infecciones ocasionadas por un tipo especial de microorganismos:
las levaduras del género Gandida. Las más frecuentes son bucales y genitales.
La levadura más común es Gandida albicans. La Candidiasis Genital (sobre todo
en las mujeres) se manifiesta
por comezón bulbar o vaginal y puede producir dolor durante la relación sexual.
Conflicto: La persona echa de menos su candor y quisiera
que los demás creyeran en su inocencia actual. Por otro lado, al tratarse de
una infección, se debe incluir un sentimiento de ira.
Las
cándidas están ahí para limpiar estas células muertas, significa que en la
vagina hay demasiada fabricación de estas células muertas. O puede ser también
en el útero y pasar después a la vagina. Las células muertas hay que
sacarlas. Cuando las células muertas se fabrican de manera normal, hay un
sistema de irrigación en el interior de la vagina, que permite que las células
muertas se eliminen normalmente.
La
presencia de cándidas demuestra que hay demasiadas células muertas. ¿Qué
sentido biológico puede tener esto? Hay una ulceración. La vagina está
relacionada con el contacto. Si hay ulceración es que no hay contacto. Estamos
realmente en una historia de frustración. Cuando hay contacto, algo se repara,
y estas micosis van a limpiar estas células muertas de la vagina. Una mujer puede sentir
frustración sexual incluso si la penetran regularmente. Si esta mujer no tiene el
contacto que desea, incluso con esta penetración, está en la situación de
frustración sexual.
Si una mujer tiene cándidas no es muy agradable, ni está
muy dispuesta a tener relaciones sexuales. Entonces va a seguir nutriendo este conflicto de
frustración. Y se puede confundir el sentido biológico del síntoma con
el efecto secundario.
Pero
el sentido biológico es: “hacer una ulceración para tratar de tener el contacto
más intimo posible con el hombre que quiero”. Porque aunque este
contacto se haga en un plano físico, si no se hace en el plano del corazón,
mujer se queda con una frustración sexual.
Ejemplo: Mujer con candidiasis vaginal. Estaba haciendo
la cocina nueva y se habían ido a vivir a casa de su madre. Ella quería tener
relaciones sexuales con su marido, pero no quería hacerlo en casa de su madre.
Puede haber duelo por la falta de contacto, porque se ha terminado una
relación. Como por ejemplo un caso de una mujer tenía hongos vaginales después
del fallecimiento de su marido.
Otro ejemplo de experiencia con la candidiasis vaginal.
“Tuve durante 3 años, incluso durante el embarazo, y como no podía hacer ningún
tratamiento, tomé flores de Bach. Hubo un momento en que me di cuenta de que
siempre se desencadenaban en la misma época del año. Mi marido entrenaba
durante todo el año a un equipo de básquet, además de trabajar durante muchas
horas. Además me decía: “cuando termine la temporada estaré más en casa”. Pero
cuando terminaba la temporada, empezaba la época de rentas (mi marido es
contable). En agosto, estaba muy cansado y en septiembre empezaba la
pretemporada de básquet. Cuando lo comprendí, se que sentí: “nunca más voy a tener
cándidas”.
Es un ejemplo muy interesante, porque la ausencia de su
marido, únicamente la ausencia, no la ausencia de penetración, va a afectar la
vagina, es biológico. Es ahí que se produce el verdadero contacto. Su pensamiento no era tener a su
marido para hacer el amor, era para que estuviera presente.
Las
cándidas son más importantes cuando la mujer tenía una higiene muy estricta de
su sexo. En este mundo esterilizado en que vivimos, cazamos cualquier olor.
Y nuestro sexo tiene que oler a rosas y el sexo no huele a rosas, huele a sexo.
A veces este olor
insoportable, va a ser testigo de una gran dificultad sexual. Esta
persona se va a lavar con sustancia agresivas para tener la seguridad de no
oler a nada, de estar limpia. Hay realmente un gran conflicto de suciedad detrás, habrá que estudiar
su árbol genealógico. Hay
que poner las cosas en su sitio, las axilas huelen a axilas, huelen a
feromonas. El sexo huele a sexo.
Obviamente hay una diferencia entre no lavarse en tres
días o lavarse demasiado. Pero
a veces las mujeres se lavan demasiado. Hay que mirar que significa para
ellas y utilizar sustancias muy suaves para estas zonas frágiles. En el plano
químico, cuando nos limpiamos demasiado, tenemos que vigilar el pH del jabón
que utilizamos, porque quitamos la flora bacteriana propia de la vagina. Y el
olor a sexo es muy importante, porque proviene de las bacterias. Cuando la vagina es agredida, es
la parte de la dermis la que va a responder y va a multiplicar las células para
protegerse, con el riesgo de tener otras enfermedades.
Enfermedades
Venéreas
Las
enfermedades venéreas son las enfermedades sexuales transmisibles, asociadas a
un agente infeccioso.
La causa principal de estas enfermedades es la vergüenza
que el sujeto experimenta con respecto a la sexualidad. En general, la persona
afectada no es consciente de ella. Esto es lo que su cuerpo le comunica: una
parte quiere tener una vida sexual activa, pero otra quiere impedírselo. Se
avergüenza principalmente de dejarse influir por los demás. No se concede el derecho de que
le guste el sexo y, quizás, incluso de ser dependiente con respecto a él.
Además, duda de sí misma en la elección de su pareja sexual.
Es
interesante constatar que cada vez parece haber más enfermedades venéreas a
pesar de todos los avances de la medicina para combatirlas. Se
manifiestan para hacerte saber que debes dejar de creer en ciertas cosas que
han formado parte de tu educación sexual. Con esta enfermedad tu cuerpo te dice que vivas tu
sexualidad como quieras, recordándote que tu cuerpo te pertenece y que no
tienes que rendir cuentas a nadie.
Debes
concederte el derecho de vivir experiencias sin sentirte culpable.
Aprende que, cuanto más quieras controlarte, más fácil será que un día pierdas
el control. Es más sensato
vivir una experiencia y vivirla con alegría y aceptación.
Si te concedes el derecho a vivir una experiencia, ello
no quiere necesariamente decir que continuará durante toda tu vida. En lugar de mantener
pensamientos de vergüenza e intentar ocultar tus deseos o tus acciones, sería
más sensato que encontraras a alguien con quien hablar de ello y que te
atrevieras a abrirte más para no dejar que la vergüenza te dirija.
Una enfermedad venérea puede sugerir que subsiste un
sentimiento de culpabilidad frente a mi sexualidad. Frecuentemente, la educación religiosa me reveló
la sexualidad como algo sucio e impuro. Sintiéndome avergonzado, creo
que debo castigarme rechazando mis partes genitales. Me auto castigo y me auto destruyo. La
energía sexual es sumamente importante y poderosa, forma parte integrante de mi
programa genético para la supervivencia de la especie. En consecuencia, una
enfermedad venérea implica una afección o una infección vinculada a esta
energía. Si la desestimo, tendrá tendencia a girarse contra mí, a volverse
“enferma”, dándome así la ocasión de descubrir que lo que hago está en desarmonía con el flujo
natural y el equilibrio de esta energía. Es importante que acepte que la sexualidad es un modo de
expresar mi amor y mi deseo de unirme al otro.
Virus
del Papiloma Humano (VPH)
Conflicto: Una imposibilidad de copular o una pérdida de territorio.
Separación + Suciedad. Hay que tener en cuenta que el virus es siempre fase de
curación.
Por ejemplo: Una chica operada del papiloma, y no se le
cerraba la cicatriz. Se le preguntó ¿Que cicatriz no tienes cerrada?‖ Apareció
que su novio se había ido de putas, y al enterarse tuvo un resentir de
separación y suciedad. Ella nunca había explicado eso a nadie.
Herpes
genital o vaginal
El
virus causa infecciones herpéticas que se localizan en las regiones genitales
(vulva, pene, vagina, cuello uterino) o paragenitales (ano o nalgas).
Esta infección se manifiesta por medio de pústulas y lesiones muy dolorosas que
tardan más o menos quince días en cicatrizar.
Proviene
de sentimientos de culpa relacionados con la sexualidad. La persona afectada
quiere castigarse por haber utilizado mal sus órganos genitales. Es una
persona que tiene deseos sexuales, pero sus conceptos muy arraigados del bien y
del mal dirigen su vida. Con frecuencia sucede que las personas que sufren esta
enfermedad culpan a alguien en lugar de aceptar sus propios deseos.
Los
dolores producidos por el herpes representan los que te ocasiona tu actitud
mental con respecto a tu vida sexual. Te ayudaría mucho concederte el
derecho de tener deseos y revisar tu educación en este aspecto. Esta última te
impide ser tú mismo y te obliga a vivir en la represión. Cuando una voz dentro de ti te
dice que eso está mal, sé consciente de que ello proviene de tu educación y
representa las creencias de otros. Debes decidir de una vez por todas si
quieres seguir creyendo en lo mismo. Además, al impedir que tu sexualidad se
exprese, impides que tu capacidad de crear se manifieste con plenitud. Las dos
están íntimamente ligadas, ya que la energía sexual representa tu poder de
crear.
El
herpes vaginal, procede de la culpabilidad sexual y del deseo inconsciente de
auto castigarse. Puede aparecer si hay ausencia de contacto sexual.
Puede que tuviera un cónyuge y nos separamos. O bien podemos estar separados
físicamente por ejemplo si uno de los dos se ha marchado de viaje de negocios
por cierto período de tiempo. Careciendo de contacto físico con la piel de mis
órganos sexuales y viviendo difícilmente esta “separación”, manifestaré mi
malestar con un herpes vaginal. También puede que mi frustración sea viva en lo
que a mis relaciones sexuales se refiere, bien porque no son satisfactorias o
al contrario, son plenamente satisfactorias y me hacen recordar algo doloroso.
O sea, puedo preguntarme porque he estado tantos años viviendo insatisfacción
cuando hoy, esto funciona tan bien, por qué no he conocido esto antes? En la educación religiosa
popular, se iba hasta pretender que esto era querido por Dios para castigarnos.
El sentimiento de vergüenza me lleva incluso a querer negar, a no aceptar mis
órganos genitales. Las partes genitales fueron las cabezas de turco de
muchas religiones.
Amo
mi cuerpo y me alegro de mi sexualidad. Dios me hizo a su imagen. Estoy
asombrado de la belleza que soy.
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