Todo depende de cómo quedaron las cosas tras el divorcio.
Muchas parejas o matrimonios siguen trabajando juntos aún luego del divorcio, pero no en todos los casos el vínculo permite que no se vuelva insoportable la convivencia laboral o como socios de una misma empresa. Dependiendo de los términos de la separación, hay que poner varias cuestiones en la balanza al decidir.
Por cuestiones de principios, hay quienes consideran que no es recomendable trabajar o armar una sociedad con un miembro de la familia o con la pareja. En este último caso, si se llega al divorcio o la separación, se presenta la difícil situación de continuar un vínculo laboral o de negocios con el o la ex.
Que la relación pueda superar la ruptura y seguir adelante como compañeros o socios, dependerá especialmente de los términos en los que se llegó a final de la pareja. Asimismo, la personalidad de cada uno también incide directamente, ya que si él o ella se caracterizan por el rencor, el riesgo de conflictos permanentes estará latente.
La decisión de continuar con el trabajo o empresa en común, más allá de la separación, merece de una profunda reflexión de cada parte y un dialogo sincero entre ellos. Habrá que medir el costo de seguir trabajando juntos y sí eso no terminará por afectar psicológicamente a ambos. Lo material y lo afectivo deberían estar en cierto equilibrio.
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