NUESTRAS METAS EN LA VIDA:
Para lograr el
éxito en la vida a través del liderazgo personal es fundamental tener en la
mira unas metas que lograr, nazcan de mí o me vengan dadas por otros como
objetivos a lograr. Una persona que no tenga claras en la vida ciertos
objetivos o metas, nunca llegará a tomarlas con pasión y, por tanto, a
convencer a otros de ellas. Los grandes líderes son aquellos que han sabido
captar alguna meta, basarla en sólidos valores personales o sociales, y
lanzarse a realizarlas, incluso sacrificando otros valores de la vida. S. Pablo
decía: El Reino de Cristo me urge, y para esa meta vivió y por esa meta murió.
Naturalmente hay metas que comprometen toda la vida y hay metas que se van
fijando para lograr ciertos objetivos.
LAS BASES PARA UNA FIJACION DE METAS:
No debe
confundirse la fijación de metas con los sueños, con el dejarse llevar por la
fantasía. Las metas son el preludio de la acción, un camino a recorrer. Son un
ejercicio del deseo de liderazgo personal. Para fijar, pues, las metas hay que
seguir unas pautas y seguir unas reglas:
METAS PERSONALES Y CONCRETAS:
Cada líder, a la
hora de establecer unos objetivos, ha de procurar forjarse para su acción unas
metas en las que él realmente crea y que al mismo tiempo sean concretísimas. A
menos que sus metas estén basadas en sus propios valores internos, ni siquiera
podrá visualizarlas correctamente. Las metas deben ser aquellas realidades en
las que uno cree. Pero, al mismo tiempo, han de ser muy concretas. No se puede
en un liderazgo perseguir un objetivo etéreo. Cuanto más concretas las metas,
más fácil de analizar, conseguir y obtener.
METAS POSITIVAS:
Una meta,
expresada negativamente, quita a un liderazgo una cierta eficacia. Una
responsable de equipo, ante un problema de puntualidad, hallará más respuesta
en dicho equipo, si sabe formular positivamente una meta que acabe con la
impuntualidad que si simplemente dice: "no hay que ser impuntuales".
Emocional y mentalmente ayuda más una idea positiva, aunque exija esfuerzo y
lucha, que una idea negativa. A una persona que hace dieta le ayudará más
imaginarse a sí misma esbelta, flaca y sana, que pensar en los 20 kilos que ha
de bajar de peso.
METAS REALISTAS:
No se habla de
metas pobres o mediocres. Realistas significa que debe tratarse de objetivos
que una persona es capaz gustosamente de trabajar. Hay en la vida metas muy
altas, pero al mismo tiempo son realistas. De hecho, además, una meta alta es
más fácil de alcanzar que una pobre. Mientras más pobres es la meta, menor será
su valor motivaciones. Las metas pobres acarrean desgana. El realismo implica
también el saber esperar para lograr un objetivo con un grupo humano. Tal vez
hoy no es posible lograr lo que puedo lograr mañana y pasado mañana sería ya
tarde. Ahora bien, también el realismo tiene mucho que, ver con lo que un líder
espera de aquellos a los que lidera.
METAS PROFUNDAS:
Se puede perder
el tiempo en la vida en la lucha por metas cuyo significado es instrascendente.
Una vez logradas, uno se da cuenta de que no ha logrado nada, Es, por ello,
importante que el líder busque objetivos en profundidad, que, una vez
conseguidos, solucionen definitivamente los problemas que trae entre manos. La
captación de líderes es difícil, pero soluciona de una vez por siempre los
grandes problemas de la iglesia actual. Los grandes líderes siempre han dejado
una huella significativa en el mundo.
Los líderes de
pacotilla han levantado mucho humo, pero el humo se ha disipado enseguida. Así
por ejemplo, las metas dirigidas al "ser" (en cualquiera de sus
dimensiones), gozan de mayor valor que las dirigidas al "tener".
CLASES DE METAS:
No todas las metas
son iguales. No todas tienen iguales poderes de automotivación. Algunas están a
mano, y otras quedan lejos. Unas metas versan sobre cosas, otras sobre el
cambio de la persona. Algunas son claras y nítidas, y otras son difíciles de
conceptualizar. Por todo ello es necesario darles un orden adecuado que ayude a
su consecución.
METAS A CORTO PLAZO:
Ayudan mucho a
adquirir confianza en sí mismo. Mientras a más corto plazo sean, más motivación
se suele tener. Y, si se alcanza una meta importante, el entusiasma aumentará.
También ayudan a subir un escalón y a .tener una visión más amplía de lo que se
quiere. sin embargo, no hay que confundir nunca estas metas con metas pobres.
No hay meta sin reto, Son a corto plazo en el sentido del tiempo requerido,
pero no en cuanto al esfuerzo. A pesar de todo, es importante no habituarse a
trabajar sólo con metas a corto plazo.
METAS A LARGO PLAZO:
Un líder es una
persona que sabe mirar hacia el futuro. el futuro, no sólo para contemplarlo,
sino para afrontar con una serie de objetivos a lograr. Es signo de gran
madurez en el liderazgo saber plan futuro. En la visión de un líder las metas a
largo plazo constituyen una necesidad. Hay realidades que sólo se pueden
conseguir a largo plazo. Las metas a largo plazo exigen un trabajo detallado,
previsor, paciente a corto plazo, que cristaliza a largo plazo en metas
grandes, eficaces y atractivas. Quien no sabe esperar, dejará que se pierdan
grandes bienes.
METAS TANGIBLES E INTANGIBLES:
Metas tangibles:
Hay en la vida metas fácilmente visualizables, que nacen de necesidades
inmediatas o urgentes. Nada le cuesta al que tiene hambre, formular la meta de
conseguir comida. En estas metas tangibles se proyectan en el campo del
liderazgo aquellos objetivos más claros y necesarios que tiene un líder, sea a
corto o largo plazo. Es algo que se toca y que, por tanto, se siente con
urgencia. Es importante saber catalogarlos y dedicar a ellos la energía
necesaria para salir adelante en el liderazgo.
METAS INTANGIBLES:
Se trata de
metas más profundas, no siempre visualizables, pero demasiado importantes para
lograr un objetivo. Para un presidente municipal es más fácil visualizar la
necesidad de pavimentar una calle con baches, que pensar en un programa de
elevación de las costumbres morales de la población. Pero ciertamente, el líder
que no es capaz de ahondar en profundidad en la orientación de su liderazgo
puede terminar por ser un líder mediocre. Hay que conocer demasiado bien lo que
se busca, para poder fijar metas también adecuadas.
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