Amor es el sol que no cobra por sus rayos.
Es el
aire que llena todos los recipientes por dentro y los envuelve por fuera.
Es el
océano que acepta toda suerte de ríos sin importare su procedencia
Es el
árbol que no se jacta de dar sombra y abrigo y se inclina para ofrecer sus
frutos.
Es el
agua del mar que derrite las piedras inflexibles de la arrogancia.
Es el
agua del río que sacia la sed de todos los seres que vienen a su orilla.
Es la
invitación del sabio que ama lo que sabe, y sabe lo que ama.
Es un
corazón grande que acomoda el universo entero, y en el cual todavía sobra
espacio.
El
amor es la cualidad principal en cualquier relación, pero el amor espiritual es
el que nunca provoca tristeza. En primer lugar, es amor por la verdad y cuando hay una experiencia
de la verdad en el yo, el amor se convierte en un fuego que destruye la
negatividad.
En el amor espiritual se pone de manifiesto la
experiencia de la individualidad sin ser individualista. Es un amor que entrega, que no
busca nada a cambio, igual que el sol no busca el reconocimiento de su
brillo. No crea dependencia, es real y puro.
Cuando
consigas alejarte del egoísmo y del apego, podrás dar fuerza espiritual,
es decir, amor espiritual
a los demás.
El
amor espiritual es tener un corazón grande capaz de albergar el mundo entero.
No hay necesidad de pensar que debes tener misericordia de esa persona o que
debes respetar a tal otra. El
respeto y la misericordia son naturales.
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