Vivir en sociedad nos hace reflexionar sobre el valor del respeto, pero con éste viene la diferencia de ideas y la tolerancia.
En pocas palabras ¿Qué hay que saber sobre el Respeto, la Pluralidad y la Tolerancia?
Respeto, Pluralismo y Tolerancia: Hablar de respeto es hablar de los demás. Es establecer hasta donde llegan mis posibilidades de hacer o no hacer, y dónde comienzan las posibilidades de los demás. El respeto es la base de toda convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar.
Sin embargo, el respeto no es solo hacia las leyes o la actuación de las personas. También tiene que ver con la autoridad como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.
El respeto también tiene que ver con las creencias religiosas. Ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada formación, o porque a lo largo de la vida nos hemos ido formando una convicción, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la espiritualidad. Es tan íntima la convicción religiosa, que es una de las fuentes de problemas más comunes en la historia de la humanidad.
Aquí viene, entonces, también el concepto de Pluralidad, es decir, de las diferencias de ideas y posturas respecto de algún tema, o de la vida misma. La pluralidad enriquece en la medida en la que hay más elementos para formar una cultura. La pluralidad cultural nos permite adoptar costumbres y tradiciones de otros pueblos, y hacerlos nuestros. Sin embargo cuando la pluralidad entra en el terreno de las convicciones políticas, sociales y religiosas las cosas se ponen difíciles.
Así es como llegamos al concepto de intolerancia, es decir el no tolerar. Fácilmente, ante alguien que no piensa, no actúa, no vive o no cree como nosotros podemos adoptar una actitud agresiva. Esta actitud, cuando es tomada en contra de nuestras ideas se percibe como un atropello a uno de nuestros valores fundamentales: la libertad. La intolerancia puede ser tan opresiva, que haga prácticamente imposible la convivencia humana. ¿Y nuestra propia tolerancia? ¿Debemos convencer a alguien que no es católico de que no está en la verdad? ¿No es acaso eso ser "intolerante"?
Nota: Soy católico porque nací en un ambiente católico... sólo que la pregunta debería ser: ¿Soy verdaderamente católico? Si es así, nadie me cambiará de religión. Si hubiese nacido en otros ambientes, seguramente sería budista, islámico, etc., pero lo importante es estar convencido de lo que realmente uno es. Cuando uno logra eso, respeta, es tolerante y pluralista.
Nunca he tratado de cambiarle la religión a nadie, creo que todos tenemos derechos de ser lo que somos. Cuando en una ocasión, alguien vino a mí a pedirme que deseaba ser católico, le pregunté si conocía bien su religión, porque muchos cambian porque no la conocen. El que quiera cambiarse de religión deberá primero conocer a fondo la suya, y si se convence que algo falta por ahí, podría tratar de entrar en "busqueda", hasta encontrar la verdadera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios