Admirable lo que hizo un piloto alemán días después de la
tragedia. Dijo a sus
angustiados pasajeros:
"Yo
tengo una familia, la tripulación también y vamos a dar lo mejor para que todos
volvamos a estar con ella".
Aplaudió el avión entero y alguien dijo: "Comprendió lo que
sentíamos y nos relajó con un buen vuelo".
Frank Woiton, de 48 años y con dos hijos, también cubrió
la misma ruta Düsseldorf-Barcelona-Düsseldorf.
Reinaba un ambiente de extrema aflicción en la
tripulación y los viajeros. Él
estrechó la mano de cada pasajero.
"Quería que todos vieran que delante, dentro de la
cabina estaba al mando una persona que ama y siente".
Frank se colocó en el pasillo y, micrófono en mano,
pronunció un discurso muy personal y emotivo:
"Les
llevaré sanos y salvos de Düsseldorf a Barcelona. Pueden confiar en ello,
tranquilos.
Mi
tripulación y yo también queremos sentarnos esta noche con nuestras familias a
la mesa".
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