¡Este
Cosiaca siempre es que era muy avispao!.
Ese no se varaba nunca, y por pobre que estuviera siempre
andaba de buen humor y por lo menos la lata se la levantaba.
En una ocasión llegó a Guaca. Allá había unas fiestas muy
alegres que estaban en su fina.
¡Valientes
fiestas tan buenas! ---dijo cosiaca---.
Aquí
si que voy a pasar yo bien sabroso…pero lo importante es ir a almorzar que está
haciendo mucha hambre.
Se
entró a una fonda, muy campante aunque sabía que no tenía dinero para el
almuerzo.
Llegó al comedor, se acomodó y dijo:
---Buenas mi señora. Necesito que me sirvan un almuercito
bien bueno. Pero tal como me lo sirven en la casa.
---Como no señor. Ya mismito.
Le trajeron el almuerzo. Se lo comió y fue a salir muy
orondo sin pagar. Cuando lo atajó la mujer:
---Oiga,
señor: ¡usté no ha pagao!
---Qué
voy a pagar, mi señora, si yo le advertí que me sirviera un almuerzo como me lo
sirven en mi casa y en mi casa no me cobran….
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