Todos
los seres humanos antes de hacer un cambio en nuestras vidas , generalmente nos
preguntamos ““Estoy haciendo la decisión correcta?” .
La sociedad nos ha instruído en que la institución del
matrimonio debería ser algo para toda la vida.
Las
Sagradas Escrituras dicen ““hasta que la muerte los separe”.
Algunas veces complacer la sociedad y las religiones en
estos dogmas es difícil pues para que una relación funcione, se necesitan dos
personas trabajando en la relación.
Cuando solo uno da el 100% y el otro no pone mucho por su
parte, la unión matrimonial se convierte en algo tóxico e imposible de
mantenerla.
El vínculo del matrimonio debe conservarse si la relación
trae felicidad a ambos cónyuges y la pareja se beneficia una de la otra
emocionalmente al estar casados.
Cuando la relación entre marido y mujer no funciona,
alguno de los dos debe dar el primer paso para disolver la unión y vivir una
vida plena, independientes uno del otro.
El
divorcio es algo doloroso para quien lo experimenta, tanto para el que toma la
decisión de divorciarse como para el que acepta esa decisión.
El luto es necesario sufrirlo por la muerte de la
relación.
Estudiosos en esta materia han identificado 5 etapas por
las que pasan los hombres y mujeres que dan el paso del divorcio.
A continuación explicaremos cuales son esas etapas y
porque es necesario atravesarlas para conseguir la completa sanidad y
reconstruir la vida nuevamente.
La etapa
# 1 del divorcio: La negacion
La negación es un lugar agradable y cómodo en el que se
coloca la persona cuando se divorcia para pasar momentos felices pensando en
que todo es temporal.
Esta es la etapa para pensar que las cosas pueden cambiar
y que la ex pareja puede regresar y todo cambiará y tendrá un final felíz.
Lo cierto es que la persona se está protegiendo de no
sufrir al enfrentar la realidad de que todo se acabó en la relación y que
aquella persona ya no va a volver más a formar parte de su vida.
La
negación es una armadura que protege a las personas del dolor cuando pierden a
un ser querido, en este caso su ex-pareja.
La persona generalmente tiene terror de desprenderse de
esa armadura para que nadie la pueda criticar, juzgar o herir.
Sin embargo la persona divorciada debe tener el valor de
despojarse de la armadura de la negación y aprender a enfrentar a las personas
que indiscretamente traten de herirla con sus palabras, unas tratando de
aconsejarla sobre como actuar y otras con el afán de hacerla sentirse mal.
La
etapa # 2 del divorcio: La ira
Budah, una vez dijo que el sentimiento de la ira se
asemejaba a tomar un carbón ardiente entre las manos con la intención de
lanzárcelo a alguien más y que al final el único que se quemaba era uno mismo.
Este pensamiento es algo muy profundo en el que se debe
meditar cuando la persona sospecha que está pasando por la etapa de la ira.
La
etapa de la ira es normal experimentarla cuando se atraviesa por un divorcio
doloroso y perturbador.
Contrariamente
a la etapa de la culpabilidad, la persona enfrenta la etapa de la ira de una
forma distinta pues tiende a culpar a su ex-pareja por todo lo que ocurrió en
la relación y que conllevó al inminente divorcio.
La
ira toma lugar cuando la persona que la está experimentando no acepta su parte
de responsabilidad en la ruptura de la relación. La persona sufre
sentimientos de incompetencia e inabilidad y un sentimiento de fracaso que no
sabe canalizar eficazmente y esta frustración se transforma en ira.
Aunque
es necesario pasar por la etapa de la ira, no es bueno quedarse estancado en
esta etapa por mucho tiempo pués la ira es autodestructiva y altamente
peligrosa.
Cuando la persona actúa bajo sentimientos de ira, está
actuando de una forma irracional y puede ser capaz de actuar en ciertas maneras
que pueden ser detrimentales para ella misma y para otras personas que están a
su alrededor, incluyendo a su ex-pareja.
El quedarse en la etapa de la ira por mucho tiempo
retrasa la recuperación y no permite que la persona abandone el odio, los
rencores y los pensamientos negativos que la dentendrán a comenzar el proceso
de la recuperación y parar de sufrir.
La
etapa #3 del divorcio: Culpabilidad
Es
absolutamente normal el sentirse culpable por todo lo malo que ocurrió en la
relación.
Pero la realidad es que cuando un divorcio toma lugar,
nunca es culpa de una sola persona.
De
la misma manera como una relación estable la mantienen dos personas, igualmente
una relación disfuncional está manejada por dos personas.
La mayoría de los divorciados se dicen asimismas ““yo
debería haber reaccionado…” ““si yo hubiera actuado….” ““yo podría haber…”
Esto lo hace la persona para poder justificar sus
sentimientos de culpabilidad que quieren achacarse, para poder disculpar el
comportamiento de su ex-pareja.
En
esta etapa es que generalmente las personas se deprimen.
Aquí precisamente es cuando se debe buscar un consejero
espiritual o un terapista o un familiar cercano que esté dispuesto a escuchar a
la persona que se encuentra pasando por el divorcio.
El simple hecho de poder ser escuchado por otra persona y
tener la oportunidad de expresar los pensamientos de culpabilidad hacen darse
cuenta a la persona que está experimentando los sentimientos de culpa que no
fue únicamente ella la que estropeó la relación sinó que su ex-pareja también
contribuyó a que el matrimonio no funcionara.
La
etapa #4 del divorcio: El dolor
El dolor por el que atraviesan las personas que se
divorcian, tanto hombres como mujeres es tan fuerte o más que el que se puede
experimentar a raíz de la viudez.
Cuando una pareja se separa legalmente o acontece un
divorcio, el dolor que se experimenta es un luto.
Se llora por la pérdida de su pareja, la pérdida de la
relación, la costumbre de estar junto a aquella persona, las memorias de los
momentos bonitos y sobre todo la pérdida de la estabilidad para el ser humano
que conlleba el estar acompañado por alguien al cual se quiso o se quiere
todavía.
Sin embargo no se debe rechazar ese sentimiento de dolor
pues es absolutamente necesario pasar por el dolor para poder sanar.
El
dolor es el compañero que dará la fuerza a las personas divorciadas para
enfrentar la proxima etapa que es la aceptación del divorcio.
Hay que recordar el refrán que dice ““lo que no te mata,
te hace más fuerte”. Si las personas evitan y rechazan pasar por la etapa del
dolor a toda costa, tarde o temprano tienen que pasar por esa etapa y lo harán
con una mayor dificultad que si la hubieran pasado a su debido tiempo.
Es bueno, llorar, dejar salir los sentimientos de
tristeza, gritar si es necesario para desahogar la ““pus emocional” que
infectaría la herida si no saliera cuando era necesario.
La
etapa #5 del divorcio: La aceptación
La
etapa de la aceptación no es una etapa de júbilo y felicidad por haber logrado
alcanzarla.
Es
simplemente la etapa más díficil por la que pasan todas las personas
divorciadas.
Es
la etapa en la que se acepta que el divorcio es una realidad y que debe ser
bien recibida para sentirse bien consigo mismo.
Este es el momento de vaciar de la mente los malos
recuerdos y guardar únicamente los recuerdos buenos que quedan de la relación
que terminó.
Es el momento de deshacerse de rencores y pensamientos
negativos que perturban al que los sufre y de iniciar una nueva vida llena de
metas y ver el futuro de una manera brillante.
La
aceptación conlleva a las personas divorciadas a dejar el rol de víctimas y
convertirse en personas autosuficientes, capaces de ser felices y de soñar con
un futuro lleno de luz y armonía para ser disfrutado con los seres queridos y
los hijos, si es que hubo hijos que nacieron de esa relación.
Solo quiero dar un consejo rápido a cualquiera que esté teniendo dificultades en su relación para contactar al Dr.Agbazara porque es el único que es capaz de traer una relación rota o matrimonios rotos dentro del límite de tiempo de 48 horas con sus poderes espirituales. Puede contactar al Dr.Agbazara escribiéndole a través de su correo electrónico a ( agbazara@gmail.com ), en cualquier situación de la vida en que se encuentre.
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