La iglesia se entristeció al enterarse de la muerte de uno
de sus miembros más prominentes: Otro. Su fallecimiento crea un vacío
que será difícil de llenar. Hace mucho tiempo que Otro ha estado con
nosotros e hizo mucho más de su parte en el trabajo de la iglesia. Era un
hermano muy favorito.
Cuando había un trabajo que hacer, una clase que enseñar, o
unas visitas que dar, siempre se oía decir, "Que lo haga Otro".
Era de conocimiento común
que Otro ofrendaba más que nadie. Cuando había una crisis en el presupuesto de
la iglesia, todo el mundo
asumía que Otro iba a poner lo que faltaba.
Otro era maravilloso - a
veces aparentaba ser sobrehumano, pero ahora que ha muerto nos damos cuenta de
que una sola persona no puede hacerlo todo. Parece que todo el mundo esperaba demasiado de Otro.
Ahora Otro se ha ido.
No sabemos qué vamos a hacer. Otro nos dejó un ejemplo maravilloso a seguir,
pero ¿quién va a hacer las
cosas que Otro hacía? Ahora cuando buscamos ayuda, acuérdense que ya no podemos
contar con Otro.
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