La vida es una concesionaria de vehículos y cada persona
elige uno de estos tres autos: autoestima, autocompasión o autosuficiencia.
Está en tus manos valorarte, menospreciarte o inflar tu
ego en la soberbia como un pavo real.
Con una sana autoestima te amas y eres bien consciente de tus talentos y tus limitaciones.
Con la autocompasión no te valoras, te desprecias,
minimizas tus dones y exageras tus fallas.
Con
la autosuficiencia el Ego te ciega y miras tus errores con microscopio y tus
cualidades con telescopio.
Sincérate, reconoce en cuál de esos autos avanzas por el
camino de la vida y haz cambios positivos.
Deja
de culpar a Dios, a otros o a ti mismo y traza un plan para orientar tu vida por
el
sedero del amor.
Aumentas tu autoestima si escuchas muchas veces el
Memorandum de Dios, de Og Mandino.
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