Cuentan que Sócrates enseñó algo
valioso la misma noche antes de su injusta muerte en Atenas, 399 a.C.
Escuchó
a alguien cercano que cantaba una hermosa melodía que le fascinó y entonces le
dijo:
Repítela
de nuevo por favor. ¿Para
qué si yo sé que mañana vas a morir? Y Sócrates dijo:
Repítela, es hermosa y antes de saludar
a la muerte quiero aprender algo nuevo. ¡Qué maravilla!
El
sabio griego recibió sereno a la Hermana Muerte a los 70 años y solo sabía que
no sabía nada.
O sea,
era humilde, y nos enseñó que se aprende más preguntando que dando respuestas.
¿Cómo
está tu apertura de mente para aprender, cambiar, innovar, explorar, preguntar
y soltar?
Esas son las acciones que espantan el
tedio e impiden que tus relaciones mueran o tu trabajo se estanque.
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