El
doctor Stennes estaba nadando en el mar cuando de pronto lo arrastró la resaca.
“No había salvavidas”, cuenta, “así que hice señas con la mano a la gente que
estaba en la playa, pero ellos hicieron lo mismo.
Pensé: Tengo un problema. No soy muy buen nadador ni
puedo luchar contra la corriente. ¿Qué voy a hacer?” Flotó durante unos
minutos, y luego hizo justo lo que recomiendan los expertos: nadó lentamente en
dirección paralela a la playa hasta que salió de la corriente.
Uno
se da cuenta de que está atrapado en la resaca cuando se siente arrastrado mar
adentro. La
reacción natural es nadar hacia la playa, pero es muy difícil luchar contra la
resaca. Por suerte, estas corrientes suelen ser estrechas, así que, para
salir de ellas, sólo tienes que nadar en dirección paralela a la playa, en un
sentido u otro.
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