Padre amoroso hoy quiero
liberar mis miedos, despedirlos para siempre y renovar mi fe.
Sé que no hay lugar para los temores cuando tengo una confianza firme en mí en ti.
Oro, decreto que todo va
a estar bien en su justo momento y le digo adiós a las inseguridades.
Nunca estoy solo porque
tú estás en mí y yo en ti. También creo que tus ángeles me acompañan siempre.
Contigo puedo mirar de frente, avanzar sereno, no estar
dubitativo y abrazar lo
desconocido.
Puedo remontarme a las alturas como las águilas y superar cualquier barrera que
se interponga.
Me doy permiso para
avanzar y recorrer otros caminos sin estar asediado por los temores.
En ti confío, Dios amado, tú eres mi
escudo y mi fortaleza, nada
temo porque tú estás conmigo.
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