Un buen ritual para meditar es lo que
podemos llamar "Convocar tus cinco sentidos".
Puedes hacer este ejercicio con un solo
sentido o con todos, si haces esto último, presta atención:
Busca un lugar calmado y lleva contigo
algo que te guste oler, comer, escuchar, ver y palpar.
Pide
guía a tus ángeles antes de empezar y agudiza tus sentidos, uno a uno, como si
los usaras por vez primera.
Si aspiras un aroma hazlo despacio,
siéntelo y piensa: ¿Qué aprendo de esa experiencia?
Si
escuchas una linda melodía deja que toque las fibras más íntimas y mira qué
evocas con ella.
Saborea algo con deleite y deja que el
gusto te reconcilie con lo mejor de la vida.
Al
final quédate en silencio, da gracias a Dios y decide disfrutar más tus
sentidos sin una rutina que aburre y enferma.
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