Biblia
cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > Jesús, el
buen pastor (43:10:7 - 43:10:21)
Entonces Jesús les habló de nuevo: “De cierto, de cierto
os digo que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y
asaltantes, pero las ovejas no les oyeron.
Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí, será salvo;
entrará, saldrá y hallará pastos.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Yo
soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas.
Pero
el asalariado, que no es el pastor, y a quien no le pertenecen las ovejas, ve
que viene el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las
ovejas.
Huye porque es asalariado, y a él no le importan las
ovejas.
Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me
conocen.
Como
el Padre me conoce, yo también conozco al Padre; y pongo mi vida por las
ovejas.
“También
tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellas también me es necesario
traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para
volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo.
Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento
recibí de mi Padre.”
Hubo
división otra vez entre los judíos a causa de estas palabras, y muchos de ellos
decían: —Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué le escucháis?
Otros
decían: —Estas palabras no son las de un endemoniado. ¿Podrá un demonio abrir
los ojos de los ciegos?
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