Sigue
la Ley del amor: Hago todo con amor y por amor. Entonces cambiarás lágrimas por
sonrisas. Tu única misión es amar.
Trátate
con el mismo amor con el que quieres que los demás te traten. Ámate y serás
amado.
Un respeto sano hacia ti mismo te ayudará a
respetar a los demás. Cuídate y podrás cuidar.
Valora a aquéllos con los que trabajas o te
relacionas y elimina el juicio. Reconoce los aspectos positivos de cada ser.
Acéptate, acepta a los otros y no intentes
cambiarlos. Si una relación es dañina, cierra ciclos y atrévete a tomar un
nuevo rumbo.
Si
te amas de verdad no pondrás la felicidad fuera de ti. Ama sin apegos. No
necesites a nadie para ser feliz.
Libérate de un afán funesto: Controlar a los
otros. Renuncia a un imposible:
controlar el mundo, tus amigos, tu pareja, tus hijos.
Tú
eres el único que crea tu realidad. Sé cada día más espiritual.
Vive en constante sintonía con Dios y los seres de Luz.
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