Este
término se usó originalmente para designar la tumba de un confesor o mártir
(conocida también como una memoria o martyrion); gradualmente vino a tener una
variedad de aplicaciones: el altar erigido sobre la tumba;
el cubiculum subterráneo que contenía la tumba; el altar mayor de la basílica
erigido sobre la confesión; más tarde en la Edad Media la basílica misma; y
finalmente el nuevo lugar de descanso al que eran trasladados los restos del
mártir.
En caso de traslado, las reliquias de un
mártir eran depositadas en una cripta debajo del altar mayor, o en un espacio
hueco debajo del altar, detrás de una transenna o mampara de mármol perforado
como las que se usaban en las catacumbas.
Así
la tumba era dejada accesible a los fieles que desearan tocar la urna con paño
blandea a ser venerada por turno como reliquias. En la
iglesia romana de San Clemente, la urna que contiene los restos del Papa San
Clemente I y San Ignacio de Antioquía es visible detrás de una tal transenna.
Más
tarde aún, el término confesión fue adoptado para el espacio del relicario en
un altar. El aceite de las numerosas lámparas mantenidas
encendidas en una confesión se consideraba como una reliquia.
Entre las confesiones subterráneas más famosas
de Roma están las de las iglesias de San Martino al Monti; San Lorenzo fuori le
Mure, que contiene los cuerpos de San Lorenzo y San Esteban; San Prassede que
contiene los cuerpos de las dos hermanas Santas Práxedes y Pudenciana.
La
confesión más famosa es la de San Pedro. Sobre la tumba del apóstol el Papa San
Cleto construyó una memoria, la cual cuando Constantino estaba construyendo su
basílica la sustituyó con la Confesión de San Pedro.
Detrás de las estatuas de bronce de San Pedro y San Pablo está el nicho sobre
el piso enrejado que cubre la tumba.
¿Qué es la confesión?
La
confesión es el sacramento en el cual, por medio de la absolución del
sacerdote, recibimos el perdón de nuestros pecados si nos confesamos
arrepentidos.
La sagrada Biblia dice: "Confesáos unos a
otros vuestros pecados para que seais salvos".
¿Qué gracias o favores se obtienen con la
confesión?
Con la confesión se obtienen tres gracias o
favores especiales:
1) Nos devuelve o nos aumenta la gracia
santificante: la amistad con Dios.
2) Nos da fuerzas especiales para evitar el
pecado y rechazar las tentaciones.
3) Nos da asco y antipatía por todo lo que sea
ofender a Dios.
¿Cuántas
cosas son necesarias para hacer una buena confesión?
Para
hacer una buena confesión son necesarias cinco cosas:
1)
Un examen de conciencia
2)
Arrepentirse de los pecados
3)
Propósito de enmienda
4)
Confesarse con el sacerdote
5)
Cumplir la penitencia que impone el confesor.
¿Qué es el examen de conciencia?
Examen de conciencia es recordar los pecado cometidos
después de la última confesión bien hecha.
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