El
Sumo Pontífice argentino volvió a sacudir esta mañana los despachos de prensa
con una inusual declaración a Radio Vaticano: “ya casi viene el Mundial, una
fiesta deportiva, una excusa para la unión de las familias y las comunidades en
torno a un evento sano, festivo, alegre, yo creo que Dios no se pondrá bravo si
por ver un partido de nuestro país faltamos a su cita semanal”.
Dicho de otro modo, el ex obispo de Buenos Aires, que es
un fanático declarado de este deporte, hincha fervoroso de San Lorenzo de
Almagro, estaría autorizando a los fieles a faltar a la eucaristía dominical
siempre y cuando el motivo sea futbolístico.
“Un
partido de tu país en una Copa del Mundo es un evento que si no es sagrado, por
lo menos pega en el palo”, bromeó. “Yo mismo estoy cuadrando mi agenda,
que como ustedes saben es muy apretada, para poder la mayor cantidad de partidos, y por supuesto
los de Argentina. Ya
abrí el campito para la semifinal y la final a donde no dudo que Messi nos
llevará”.
Estas últimas palabras seguramente serán de excelente
recibo en la concentración del equipo que dirige Javier Sabella pues, todo lo
contrario del Rey Pelé, Francisco ha demostrado ser una fuente inmejorable de
buenas energías. Desde que
se sentó en el solio de San Pedro, todos los equipos a los que el máximo
jerarca de la Iglesia Católica les ha enviado buenos deseos han obtenido
triunfos notables, destacándose el título obtenido por San Lorenzo a
finales de 2013 poniendo fin a una sequía de seis años. Es de tal nivel la fama
que se ha ganado que el cardenal Raymundo Damasceno, presidente de la
Conferencia Episcopal Brasileña, recientemente le hizo un fraternal llamado a
conservar la neutralidad, pedido que, como se puede constatar, no fue acatado.
El Pontífice no se refirió a los rumores que lo ubican
como comentarista invitado de la RAI -televisión estatal italiana- en los encuentros más destacados del certamen
orbital.
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