Sean
Schultz, dueño de una empresa de ingenieros en Missouri, buscó guía cuando su
esposa tuvo trillizos y dice: “Mi vida giraba alrededor del éxito financiero y
vivía estresado. Ahora soy feliz y mi vida gira en torno a mi vida familiar, mi
esposa y mis hijos. Supe delegar control en personas
capaces, algo que nunca había aceptado, y estoy feliz con mi decisión”.
Sean
aceptó que debía cambiar y buscó ayuda. Y si usted se
acerca a los sabios entenderá por qué ponen tanto énfasis en la aceptación, casi como
primera cualidad del amor. Solo puedes ser feliz si te aceptas y aceptas a los otros tal como son,
no como quieres que sean. Ahora bien, esa aceptación nada tiene que ver con la
resignación o con una actitud pasiva y amargada.
La
aceptación amorosa es alegre, dinámica y positiva, no te
cruza de brazos y te impulsa a mejorar. Es asumir la realidad como viene,
cambiar lo que se puede y ser comprensivo con lo inalterable. Lo sensato es tratar a todos con
una infinita compasión y no empecinarse en cambiarlos.
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