El
que llega tarde a la reunión e interrumpe con sus saludos a todos los
demás.
El que, además de llegar tarde, pregunta y quiere saber todo lo que ya se
ha hablado o deliberado.
El que empieza con su celular, el periódico, o la revista
que lleva en la mano a
leer o comentar con el de al lado.
El que interrumpe de continuo y no deja hablar al que interviene.
El que se
cree que todo el tiempo es para él y que ha de ocuparlo con sus bobadas,
dejando a los demás sin
tiempo.
El
que se acalora continuamente y se enfada.
El
de los chistecillos con el vecino de silla o el que interrumpe la
reunión varias veces para contarlos.
El
que no para de jugar con el celular poniendo mensajitos.
El que recibe
llamadas continuamente de su empresa.
El
que abandona un rato la sala para hablar por el móvil. Una y otra vez
El que se pasa la reunión mirando el correo electrónico de su celular ó portátil.
El que se pasa la reunión despachando un montón de papeles de su propio trabajo,
mostrándose ajeno a lo que se trata.
El
que toma la palabra para preguntar algo y da una conferencia a los demás,
tratando de exhibir sus conocimientos.
El
que se las da de abogado y se empeña en redactar él el acta, las
conclusiones o lo que sea.
El que cuando se está en el punto décimo del orden del
día, se empeña en volver
al segundo tratado tres horas antes.
El
jefe que no deja hablar a nadie, mientras él duerme al personal.
El
Jefe que llega tarde, deja a medias la reunión y vuelve al final para
preguntar ¿Está todo arreglado, no?
El
que defiende siempre al Jefe y siempre defiende las tesis de aquel.
El
que quiere acabar rápido, y dice “dejemos eso para otro día”, “no nos va
a alcanzar el tiempo”, “deberíamos ir acabando” ó “eso lo ven ustedes después.
El
que se empeña en extender el acta de la reunión.
El
que va a la reunión con las manos en los bolsillos, sin haber mirado un papel
y que, una vez en la reunión, no se aclara, no sabe de que va y no puede
contestar ni dar dato alguno de su área.
El
que se pasa la reunión leyendo los papeles que previamente le han enviado con
los temas y asuntos a discutir, obligando a los demás a repasar la
documentación durante la mayor parte de la reunión. Cuando se va a entrar en
materia sobre algún sugiere aplazarlo para analizarlo con detalle y verlo en
otra reunión.
El
que trata de convertir las reuniones en batallas, disparando hacia “sus
adversarios”, poniendo toda clase de trampas y jugando “al escondite”.
El
que se pasa la reunión charlando con su vecino y no demuestra ningún interés
por los temas.
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